Mejora tu autoestima: di la verdad, por María García de Fleury
Por: María García de Fleury
Existe en el ser humano un fuerte instinto para buscar el sentido de las cosas, sus leyes y aplicarlas, cada hombre y cada mujer busca conocerse en profundidad, su psicología su funcionamiento biológico.
En el mundo de hoy vivimos inmersos más en tener y en aparentar que en ser, cuenta más la imagen que el fondo y encontramos a hombres y a mujeres que son capaces de renunciar a sus convicciones por quedar bien o por conseguir un buen puesto, eso es tener baja autoestima, porque quien se conoce a sí mismo y tiene una alta autoestima, no tiene por qué esconderse detrás de la mentira, al contrario, dice siempre la verdad y asume sus consecuencias porque es una persona segura de sí misma.
Por todo esto vivimos un clima de desconfianza general, se hace bastante difícil distinguir quien te está engañando y quien no, de ese clima de desconfianza nace el deseo sincero de encontrar a alguien que haga de su vida, de sus pensamientos y sus obras una autentica unidad donde no haya poses ni apariencias, ni cuidado excesivo de su imagen. Ese fue el gran éxito de Juan Pablo II entre la opinión pública mundial, porque era autentico en su vida y eso se reflejó en la absoluta coherencia que existía entre lo que hablaba, lo que decía, como era su vida, su obra.
La veracidad y la verdad es una virtud muy necesaria para el mundo de hoy, pero además es la virtud de la estabilidad psicológica. El hombre y la mujer son los únicos seres en la tierra capaces de conocer la verdad y transmitirla, y al mismo tiempo, los únicos seres capaces de mentir, esto se debe a su inteligencia y a su capacidad para comunicar pensamientos y afectos.
Si tú quieres puedes aparentar, puedes vivir de forma distinta a lo que piensas, puedes engañar, puedes llegar incluso a la esquizofrenia, que consiste en tener dos personalidades al mismo tiempo, y ya no distingue lo que es verdad y lo que es apariencia.
El hombre y la mujer, cada uno, es una unidad perfecta. Todo lo que es mentira, falsedad, fingimiento, rompe esta unidad, la ruptura se da entre el ser y el actuar, entre el pensar y el decir, entre decidir y cumplir y las consecuencias son infidelidad, insatisfacción, ruptura de la armonía de la personalidad y baja autoestima.
Jesucristo se denominó a sí mismo la verdad, y eso lo dijo en el capítulo XIV de San Juan, versículo 16, pero no se definió diciendo “yo soy la pureza” o “yo soy la bondad”, la fe o la esperanza, no. Él dijo que su misión se resumía en dar testimonio de la verdad, su vida es idénticamente igual a su mensaje, por eso podemos decir que ser fiel a cristo es ser fiel a la verdad, es respetarla, propagarla, defenderla, asimilarla. Vivir en la verdad es tener alta autoestima.
El Espíritu Santo es el espíritu de la verdad, y el que descubre la verdad del ser humano y de Dios, la verdad de ti mismo, es el que te enseña a apreciar en su justo valor, las realidades de este mundo, lo pasajera y lo breve que es esta vida, y el valor de la vida frente a la eternidad.
El Espíritu Santo guía hacia la verdad a quien lo escucha y pone en práctica sus inspiraciones. Amigos, En medio de las mayores dificultades el espíritu santo te da fuerza para profesar y testimoniar la verdad. Jesús dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”, y Jesús es Dios y con Dios ¡siempre ganamos!