Más sobre Jesús de la Divina Misericordia, por María García de Fleury - 800Noticias
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Cuando Jesús resucitó se presentó donde estaban sus discípulos y a pesar de que las puertas estaban cerradas entró, se puso en medio de ellos y les dijo «shalom (la paz esté con ustedes)» los apóstoles se asustaron tenían miedo porque sabían que lo habían traicionado abandonándolo cuando lo habían puesto preso.

Jesús resucitado no regresaba para regañarlos ni para vengarse, Jesús resucitado los saludó deseándole la paz (shalom), igual que hizo en cada una de las apariciones después de la resurrección. Les mostró sus heridas en sus manos y sus costados.

Esto es una llamada para nosotros, todos somos pecadores pero la misericordia de Cristo siempre está allí. Jesús está dispuesto a darnos su misericordia si nos arrepentimos incluso cuando hayamos cometido el peor de los pecados.

Después de darles la paz Jesús sopló sobre ellos, recordemos que cuando Dios creó a Adán del barro sopló sobre él y le dio vida- El salmo 104 habla del soplo de Dios que se cierne sobre las aguas, el soplo de Dios que da vida a todas las cosas. Cuando Jesús sopla el Espíritu Santo sobre los apóstoles lo hace para que se conviertan en portadores de esa misma misericordia que él le está dando a ellos y se la da al mundo.

Tomás no estaba allí y cuando regresó le dijo que no creería al menos que metiera sus manos en las llagas, Tomás necesitaba investigar, su posición era egocéntrica centrado en sí mismo y a la vez podemos decir que hasta agresiva y de rechazo no sabía o se había olvidado que la divina misericordia en Cristo resucitado se dan a la iglesia como un regalo y la iglesia lo recibe.

De Nuevo Jesús a pesar de las puertas cerradas la pared y los miedos de cada uno de ellos, Jesús se hace ver y le dice a Tomás «pon tus dedos en mis heridas y no seas incrédulo sino creyente» Tomás el escéptico, el racionalista, él no creyente el que dice tengo que verlo por mí mismo para creer,  hace la confesión más grande que está en la Biblia «señor mío y Dios mío». Fue el que dudaba el que hizo la confesión.

Todos tenemos nuestros moments de Tomás, todos dudamos,  nos preguntamos. Jesús sopló sobre los apóstoles y les dijo «a quienes ustedes perdonen en la tierra será perdonado en el cielo a quien le retengan sus pecados en la tierra será retenido en el cielo»-

Jesús sopló en ti el espíritu para que puedas llegar a ser para el mundo que te mueves un portador de esa misma misericordia encontrar la manera de ser portador de la misericordia divina en el mundo en el que te mueves significa que estás cumpliendo tu vocación. Tu misión de bautizado deja que Cristo entre en tu mundo, deja que su gracia entre en ti que su misericordia te llene y que puedas esparcirla a tu alrededor.