Maradona no descansa en paz: la justicia analiza hasta su corazón
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A una semana de la conmoción mundial por la muerte de Diego Maradona, la justicia analiza su corazón, entre otros estudios toxicológicos, para determinar si hubo mala praxis y se revelan intimidades de familia en los últimos días del astro deportivo.
En medio de la tristeza social, el estupor y los homenajes que se multiplican por el fallecimiento a los 60 años en su lecho de enfermo, los peritos iniciaron este miércoles estudios de laboratorio para saber si hay responsables de negligencia, imprudencia o impericia en los tratamientos de salud.
De un lado, examinan su corazón, cuyo peso era desde hace 20 años el doble de lo normal: paradójicamente, el mismo que entregó con el alma y en cada actitud de su vida novelesca.
Pero también los exámenes incluyen sangre, orina e hisopados para determinar qué medicamentos y en qué dosis ingería, o si hay rastros de alcohol u otras sustancias en las horas previas a su muerte.
Los excesos y las adicciones fueron el origen de las emergencias de salud que llevaron a la leyenda mundial varias veces al borde de la muerte.
Hacía años que Maradona había superado la adicción a las drogas duras. Pero su entorno advertía que seguía consumiendo alcohol, combinado con tranquilizantes y ansiolíticos.
No se sabe en qué medida estaban prescriptos por los médicos.
Evitar «el circo»
“Comenzaron estudios histopatológicos (a las vísceras de la autopsia) y toxicológicos. Le siguen análisis de celulares, de historias clínicas, hasta llegar todo el informe a una junta médica”, dijo al canal C5N Vadim Mischanchuk, abogado de Agustina Cosachov, la psiquiatra de Maradona.
Cosachov y el cardiocirujano Leopoldo Luque están bajo la lupa judicial por ser los dos profesionales que atendían al excapitán albiceleste. Se sospecha que pudo haber “homicidio culposo (involuntario)”, pero aún no hay acusación ni procesados.
“Hay que respetar las personas. Hay una familia en duelo. Ir paso a paso. No se puede poner a alguien delante de un cámara para diga pasó tal o cual cosa. Sino esto será un circo, algo vergonzoso”, advirtió Mischanchuk para bajar la ansiedad por un análisis de pruebas y laboratorios cuyos resultados no serán difundidos públicamente.
Sólo se sabrá la verdad de lo que sucedió con la salud de Maradona cuando la junta médica que designe la fiscalía emita un dictamen. Cuánto tiempo durará el proceso, se ignora por completo.
La autopsia reveló que la muerte el 25 de noviembre en una residencia de Tigre, al norte, se produjo por “edema agudo de pulmón secundario a una insuficiencia cardíaca crónica reagudizada, con una miocardiopatía dilatada”.
Una hija pedía un jefe médico
Los medios, como ocurría con Maradona en vida, se lanzaron también a la búsqueda de intimidades de una agitada vida afectiva.
Trascendieron unos chats. Uno de ellos resultó de interés, pues una de las hijas, Dalma, le decía sus hermanas Gianinna y Jana: “Creo que deberíamos pensar en conseguir un clínico de cabecera”, sin cuestionar a Luque ni a Cosachov, pero con la indispensable búsqueda de un jefe médico que coordine al resto en la internación domiciliaria.
El campeón mundial consagrado en México-1986 había sido operado de un hematoma en la cabeza el 3 de noviembre.
El día de su cumpleaños, el 30 de octubre, había impresionado su mal estado físico y dificultad al hablar cuando se presentó en la cancha de Gimnasia, el equipo que dirigía.
Todos los testimonios de su allegados apuntan a la depresión que sufría por los ocho meses de confinamiento en una residencia cercana a La Plata, al sur, como paciente de riesgo frente a la pandemia del coronavirus. AFP