Madre Lucía y las Fundaciones del Carmelo en Venezuela - 800Noticias
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Religión

María García de Fleury

En el mes de la virgen del Carmen es muy interesante destacar a una religiosa Carmelita que ha tenido una gran influencia en Venezuela y en España.

Se trata de la madre Lucía del niño Jesús y de la santa faz. Nació el 2 de octubre de 1918 en San Fernando de Apure, Venezuela, y su nombre era Mireya Escalante.

Siendo una niña le pregunto un día su mamá: «¿Mami, existirá un hombre en esta tierra que me quiera toda la vida?», y su mamá le respondió: «Ay hija eso solamente lo sabe Dios».

Muy decidida le contestó: «Pues entonces yo me quedo con Dios».

Mireya era alegre y traviesa y decía que tenía una amiga que era una monjita que le mostraba libros y le enseñaba. Cuando leyó el libro de La historia de un alma estuvo segura de que era Santa Teresita del niño Jesús la amiga que ella veía.

La amistad y la devoción que sentía hacia ella la hizo querer ser monja Carmelita, sin embargo estudió medicina hasta quinto año tratando siempre de aclarar su vocación.

Viajó a Chile y ahí conoció a Lucía, la mamá de Santa Teresa de los Andes y ella marcó una impresión muy profunda en su vida.

A los 27 años ingresó al monasterio de Carmelitas Descalzas de Cristo Rey y María Mediadora en Chile y cambió su nombre a Lucía del Niño Jesús y de la Santa Faz, en honor a la mamá de Santa Teresa de los Andes y a Santa Teresita del Niño Jesús.

Ya cuando tenía como 10 años como monja Carmelita la enviaron a Venezuela y con sus 37 años comenzó con la reforma del Carmelo descalzo y fue fundadora de monasterios.

El primer monasterio que fundó fue el de nuestra señora del Carmen y San José en la urbanización Los Chorros en Caracas, el 21 de abril de 1956. Las fundadoras venían de los monasterios de España y de Chile.

Después del Concilio Vaticano segundo comenzó su periplo personal de fundaciones al estilo de Santa Maravillas de Jesús, a la que la madre Lucía admiraba y estimada, y juntas lucharon por defender la herencia de Santa Teresa de Jesús.

Sus últimos 26 años de vida carmelitana los paso en el monasterio de Rubio con problemas de diabetes, tensión arterial y cáncer de pulmón.