Luna llena en Semana Santa, por María García de Fleury
Por: María García de Fleury
Cuando el cristianismo dejó de ser una fe perseguida por los romanos y se adoptó como la religión oficial del imperio, se empezaron a establecer las fechas de cuándo y cómo festejar las celebraciones oficiales del imperio. En el año 325 después de Cristo, se reunió el concilio ecuménico de Nicea, considerado el primer concilio de la iglesia católica, donde se estableció el credo, el resumen de las creencias del catolicismo y se determinó el día exacto para iniciar la Semana Santa.
A diferencia de la Navidad, que se celebra sin falta cada 25 de diciembre, la Pascua se determina a partir de la primera luna después del equinoccio de primavera, generalmente cae entre el 22 de marzo y el 25 de abril, por eso el primer jueves santo de la historia cuando Jesús celebraba la Pascua judía con sus discípulos en lo que conocemos como la Última Cena recordando la salida de los judíos de Egipto, era una noche de luna llena y el próximo domingo es el Domingo de Resurrección o Pascua.
En la religión católica, la resurrección de Jesús durante tres siglos fue la única fiesta que se celebraba convirtiéndola en la celebración más importante del calendario litúrgico. Los judíos celebraban la fiesta de la libertad el día 15 del mes de Nisán, la noche en que los israelitas fueron liberados de Egipto. Es interesante saber que los egipcios adoraban al carnero como un Dios y lo llamaban Aries, que era el líder de los signos zodiacales, el primero y más poderoso y los egipcios se veían a si mismos como los líderes del mundo, los más poderosos de todos y recibían su fortaleza de su Dios que era el carnero.
El momento más fuerte para los egipcios era ese mes de Aries, y el día más fuerte el día de la luna llena, fue justo ese día, que para los judíos era el 15 del mes de Nisán, cuando ellos abandonaron Egipto y al hacerlo, Aries quedó impotente en el momento en el que se consideraba que era de su máxima fuerza, además la noche anterior al éxodo los israelitas comieron una comida festiva y el plato principal fue cordero asado en un asador; estaban comiéndose abiertamente a la divinidad egipcia que era el carnero, delate de los egipcios bajo la luna llena del mes más fuerte.
El mensaje es inconfundible, el mundo no está gobernado por las fuerzas caprichosas y los signos zodiacales amorales, hay un Dios que gobierna el cielo y la Tierra, que se preocupa por los inocentes y exige justicia sobre los corruptos. Para las estrellas nuestras acciones no hacen diferencia pero para Dios nuestras acciones son muy importantes, el zodiaco no exige nada, Dios exige que vivamos una vida de bondad.
Es tentador recurrir a creencias idólatras porque eliminan nuestras responsabilidades pero también roban nuestra libertad. La Pascua celebra no solamente la libertad de los israelitas de la esclavitud egipcia sino la libertad de estar atados por un destino, nuestras vidas no están sujetas a las fuerzas impersonales del zodiaco, somos libres para superar las limitaciones del destino, tu suerte puede predecir un rumbo para tu vida, pero tu eres libre para crear otro, cada año, Semana Santa que inicia el domingo de ramos y concluye con el Domingo de Resurrección, la celebración más importante del calendario litúrgico, recuerda que Jesús venció la muerte al resucitar porque él es Dios y con Dios ¡siempre ganamos!
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