Louis Bouffard, misionero en silla de ruedas, por María García de Fleury - 800Noticias
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Por: María García de Fleury

Louis Bouffard es un joven francés que a los dos años y medio le diagnosticaron distrofia muscular de duchenne, una enfermedad genética progresiva que afecta a los músculos. debilitándolos progresivamente hasta quedar paralizado. A medida que crecía, Luis fue perdiendo el uso de los brazos y luego de las piernas, su capacidad respiratoria también disminuyó, el joven está conectado a asistencias respiratorias.

En estos días cuando tantas personas salen de misiones, Luis dice: «yo también soy misionero desde mi silla de ruedas», en una entrevista que le hicieron dijo: «vivir con el sufrimiento es difícil, pero cuando tienes algo por lo que vivir sigues adelante. En nuestra vida, todos sufrimos en algún momento solo tenemos que darle otra dimensión a ese sufrimiento, la fe es lo que lo hace posible, la fe significa recordar el misterio de la Encarnación. creo firmemente que Cristo vino a compartir mi sufrimiento, Dios no quiere el sufrimiento ,lo combate y más que eso viene a unirse a nosotros en él».

Cuando alguien le preguntó, ¿y qué pasa con tu dignidad? Luis respondió: «es la sociedad actual, la que quiere vender la dignidad como algo que no es, como si el sufrimiento quitara la dignidad, el sufrimiento no quita la dignidad, la dignidad humana no puede perderse, somos dignos porque somos hijos de Dios». Luis agrega que por lo que hay que luchar es contra la soledad que mata a la gente, luchar contra la mirada de esas personas que están marcadas con el miedo mucho más que con la malicia, porque les recuerda su propia debilidad y eso asusta e intentamos huir de ella.

Para Luis su mayor fortaleza es su familia a la que aprecia y quiere y agrega: «ellos me han enseñado que no vivo solo con mi discapacidad, es una gran gracia, cuando todo se me tambalea veo la imagen de ese Cristo roto y pienso que esa es mi mayor fortaleza, en esta silla de ruedas es con la que Cristo me llama a ser misionero, para eso debemos ponernos a disposición de la gracia de Dios, un poco como en una vidriera que estamos dispuestos a dejar brillar su luz, es un proceso diario de conversión, decir si cada mañana y ajustar bien todo lo que nos sucede porque debemos comprender que hemos sido hechos para la vida eterna».

En la actualidad Luis estudia tercer año de Derecho en la Universidad de las hormona en París y a pesar de su distrofia muscular de Duchenne se incorporó al departamento jurídico de ingeniería civil trabajando como aprendiz, allí ha descubierto la profesión de abogado de empresa, el mundo de las obras públicas y los equipos de GTE.

Este joven comprometido y apasionado es también autor del libro titulado «Una luz en las trincheras».

Luis en su silla de ruedas negra con la espalda y la cabeza muy rectas apenas se mueve, él encarna exactamente lo contrario a la inercia, Luis vive y vive plenamente porque le encontró el sentido a su vida al darse cuenta que en la vida todo es efímero. Estamos de paso, la vida está hecha para enseñarnos a amar, tenemos que vivir parece gran encuentro con Dios y amigos con Dios ¡siempre ganamos!

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