Los venezolanos no asisten a estadios de béisbol por crisis e inseguridad
EFE
Agobiados por la crisis económica y la inseguridad ciudadana, los fanáticos del béisbol en Venezuela dejaron de asistir a los estadios durante la ronda regular de la temporada 2016-2017, según datos divulgados por los propios clubes.
El fenómeno, que ya experimentaron la pasada campaña todas las novenas de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional (LVBP), preocupa a los dirigentes de los equipos porque afecta los ingresos estimados y repercute en las operaciones, dijo a Efe el presidente de los Leones del Caracas, Luis Ávila.
«Los costos y gastos de operación han subido (…), por ejemplo, el arrendamiento del estadio se incrementó 700 por ciento, y los ingresos por asistencia se han visto muy afectados», señaló el directivo.
Es precisamente el caso de los Leones del Caracas el que mejor retrata la situación del descenso en la asistencia a los parques de pelota en Venezuela.
Hasta el 19 de diciembre, con 30 juegos como local, los capitalinos solo habían podido vender 188.600 boletos, lo que representa unos 6.287 fanáticos por cada choque en un estadio, «El Universitario», con aforo para 22.690 espectadores.
«No es un secreto que la economía vive un momento difícil, el cual se traduce en una contracción de la capacidad de consumo. Dentro de ese ambiente, el fanático prioriza otras necesidades antes de asistir al béisbol», añade al respecto Ávila.
Tras la caída de los precios del crudo, de donde Venezuela obtiene casi el 96 % de sus ingresos, la nación caribeña ha enfrentado una crisis económica caracterizada por la escasez de productos básicos y medicinas y una rampante inflación.
Los boletos para asistir a los estadios en Venezuela también experimentaron una fuerte subida alcanzando, en algunos casos, hasta los 6.000 bolívares por asiento.
Este monto equivale al 22 % del salario mínimo legal.
Sin embargo, la cifra de espectadores en «El Universitario» sube sustancialmente cuando los Leones juegan el clásico ante los Navegantes del Magallanes -15.186 personas en promedio por juego-, pero, por ronda regular, el Caracas solo puede enfrentar un máximo de 5 veces a los valencianos.
Caracas comparte el estadio con los Tiburones de La Guaira -que en promedio convoca a 5.517 personas por juego-, y entre ambos han vendido esta campaña unos 343.100 boletos.
La temporada pasada, entre ambos clubes llevaron a 649.109 fanáticos al estadio, y el antepasado a 827.454.
Ni siquiera con llenos totales en los 7 choques que restan de la temporada regular en el estadio caraqueño se podría igualar la asistencia de la campaña 2015-2016, que ya la LVBP consideró baja.
Pero además del factor económico, algunos fanáticos prefieren quedarse en casa y evitar correr riesgos ante los altos índices de inseguridad en Venezuela.
Ese es el caso de Javier Fierro, un fanático de los Tigres de Aragua que solía asistir a unos 20 juegos por campaña en el estadio José Pérez Colmenares, la casa de los 10 veces ganadores del béisbol invernal en Venezuela y campeones vigentes.
«Te pones a pensar en que sales muy tarde del estadio, en que te pueden asaltar, o robar la batería del carro o el caucho de repuesto, y no vas al estadio», le dijo Fierro a Efe.
«Tengo amigos que tienen abonos y no van al estadio (porque) siempre es peligroso (salir tarde)», añadió.
Hace dos campañas la LVBP adelantó el inicio de los compromisos y pidió a los árbitros acortar los tiempos de receso entre capítulos, pero aún así los fanáticos no abandonan los estadios antes de las 11 de la noche.
En Venezuela hubo en 2015, según el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), 82 asesinatos por cada 100.000 habitantes. La cifra es la segunda más alta en el mundo, aunque el Gobierno de Nicolás Maduro rebajó este indicador a 62.
Y con este panorama, es difícil que los aficionados acudan a los estadios.
«Se han hecho varias promociones, siendo la más relevante la oferta de 2×1 -pagas un boleto y te entregan dos- en ciertas localidades, pero aún así hay una baja importante en la asistencia», cerró el presidente de los Leones.