Los Martin Guerin, primer matrimonio declarado santo, por María García de Fleury - 800Noticias
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No estamos acostumbrados a pensar en la santidad de un matrimonio porque nuestra experiencia une la santidad a un individuo, pero en el documento Lumen Gentium número 14 del Concilio Vaticano II, se dice que todos los fieles de cualquier estado o condición están llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad. Luis Martín y Celia Guerin se enamoraron y se casaron en Alesón, Francia; a diario y van a misa y luego cada uno se iba a su trabajo, él como relojero y ella como bordadora.

Poco a poco fueron llegando los hijos y Celia se ocupaba cada vez más de ellos, cuatro de los nueve hijos fallecieron muy pequeños, Luis y Celia oraban en forma personal, en familia y junto con la comunidad de la parroquia en la que participaban.

A diario su casa era un espacio de acogida para los que tienen necesidad, comenzando por sus obreros, pues para Luis y Celia existe una ética dentro de la vida empresarial donde cada persona humana tiene una dignidad y un gran valor, parte de su tiempo y dinero lo usaban para ayudar a los necesitados. El compromiso eclesial de los esposos Martín Guerin recuerda que la evangelización depende en gran parte de la Iglesia doméstica, ambos mostraron al mundo que  los padres que viven su vida de fe crean un ambiente favorable para la vida cristiana en su forma más alta, la santidad.

Santa Teresita del Niño Jesús, la más pequeña de la familia y que luego se convirtió en la Patrona de las Misiones, escribió: «Dios me ha dado un padre y una madre más dignos de cielo que de la tierra, por eso es muy natural que Santa Teresita viviera su primera experiencia mística no en un monasterio, sino en la casa paterna».

Las casas de los esposos que buscan la santidad son un reflejo de la casa de Dios.

A los 45 años Celia enfermo y al poco tiempo falleció; en nuestro mundo que trata de ocultar la muerte Luis, junto con sus hijas enseñan a mirarla cara a cara abandonándose en Dios. Luis y vivió su viudez, con fe, entereza y generosidad prefiriendo el bien de sus hijas sobre sus gustos personales, por eso viudo y frente a la crisis económica en Francia se mudaron Lisieux, como tantos hombres y mujeres de nuestro tiempo, emigrantes en busca de que la familia pudiera tener una vida mejor.

Años más tarde cuatro de las hijas se hicieron religiosas, tres en El Carmelo y una en La Visitación, luego Teresita con 15 años también quiso entrar como religiosa en El Carmelo. Ya viejo, Luis enfermó con arteriosclerosis, fue internado en el Sanatorio del buen Salvador en Caen y ofreció su vida por amor a Dios hasta que falleció en 1894.

Luis y Celia y series fueron canonizados el 18 de octubre del año 2015, convirtiéndose en el primer matrimonio declarado santo en la misma fecha, demostraron a los padres y madres de familia de todo el mundo la grandeza de la vocación a la vida conyugal. Su fiesta se celebra el 12 de julio, día de aniversario de bodas, porque como laicos entregaron su vida a Dios en medio de la vida familiar, diaria porque ellos sabían que con Dios ¡siempre ganamos!

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