Limardo sigue cubriendo gastos de su preparación en Polonia
800 Noticias/Agencias
El esgrimista venezolano y campeón olímpico en Londres 2012, Rubén Limardo, vive una segunda juventud a sus 36 años con dos victorias en eventos de Copa Mundo y siendo el número 2 del mundo. Pero advierte que ve “bastante difícil” el futuro de la esgrima en su país.
Limardo vive por estos días entre Tokio y París. La primera ciudad recuerda el duro golpe que vivió tras la eliminación temprana que sufrió en los Juegos Olímpicos de la capital nipona. Un revés del que se ha recuperado con creces y que le permite soñar con estar en 2024 para las justas de la Ciudad Luz.
Reside, eso sí, en Lodz, a unos 140 kilómetros de Varsovia (Polonia). Rubén cuenta en una entrevista que ahora intenta “administrar la gasolina”. Tiene 36 años, pero está sumando logros que no conseguía desde su época de juvenil.
A comienzo de marzo se impuso en el Grand Prix de Budapest y en noviembre ganó el oro en la Copa Mundo de espada en Berna. “Me siento a otro nivel en cuanto a la madurez”, afirma el campeón olímpico de espada en Londres 2012.
Actualmente es el número 2 del mundo en el ranking de la Federación Internacional de Esgrima, solo por detrás del francés Romain Cannone, vigente campeón olímpico y verdugo de Rubén en los dieciseisavos de final de Tokio 2020.
Nuestro Rubén Limardo Gascón hace sonar el Gloria al Bravo Pueblo en Hungría. Al titularse CAMPEÓN del Grand Prix de Budapest. ¡Viva Venezuela! 🇻🇪 pic.twitter.com/E0uXqE8XHc
— ESGRIMA VENEZUELA 🇻🇪 (@fedesgrimavzla) March 6, 2022
Entrenamiento en medio de las dificultades
Antes de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, Rubén trabajó como repartidor en Polonia buscando la manera de mantenerse en medio de la escasez de recursos que ha dejado la pandemia. Hoy ya dejó esa bicicleta y se mantiene con “recursos propios” aunque eso lo obliga a estar pensando en la economía. Por ejemplo, a la cita de Hungría su equipo viajó en auto desde Polonia porque era tres veces más barato que el avión. “Siempre tenemos que estar en las competencias, no importa la manera en la que tengamos que viajar”.
En lo que se refiere a la ayuda del Gobierno de Venezuela, Rubén cuenta que “espera” que esos recursos lleguen para mediados de este año. “De alguna u otra manera tienen (el Gobierno) que seguir apoyando al equipo”.
Lamenta la situación de su entrenador y tío, Ruperto Gascón, quien no tiene un contrato formal y a quien las autoridades venezolanas no le pagan desde los Juegos Olímpicos de Río 2016 tal y como denunció en France 24. “Si sigue así, se va a ir”, dice.
Rubén integra un equipo de unos 20 esgrimistas venezolanos que viven en Lodz y que deben compaginar el entreno con trabajos a medio tiempo que les permiten cubrir sus gastos. Esta selección es la que desde hace años sostiene Ruperto Gascón, en gran parte, de su propio bolsillo. Son la élite de la esgrima venezolana.
Con información de France 24