Lidiar en Venezuela con el Covid-19 son $600 como gasto mínimo
El Nacional
Belinda Arroyo* llevaba meses preocupada por la situación del Covid-19 en Venezuela, pero su intranquilidad se transformó en miedo cuando el virus se metió sin avisar en su vida.
Belinda tiene 42 años de edad. Vive con su marido y dos hijos, el mayor de 18 años de edad y el menor de 10 años. Los síntomas comenzaron luego de un viaje de negocios de su esposo, de 45 años, quien se trasladó desde Anzoátegui, en donde viven a Maturín, capital del estado Monagas.
El contagio pudo ocurrir en cualquier lugar. Le es difícil determinar en qué sitio fue exactamente. Su única certeza es que aquel viaje era la respuesta.
De inmediato iniciaron el tratamiento con antibióticos, siguiendo los protocolos dados por médicos venezolanos, pero luego de tres días, una fiebre de 39° que no bajaba y la llegada de un creciente cansancio y dificultad para respirar les hizo encender las alarmas: podía tratarse de coronavirus, y de ser así, todos en el hogar estaban en peligro.
La opción de ir a un hospital fue descartada de inmediato. “Obviamente aquí en este país no es viable ir a hospitales y las clínicas están colapsadas”, señaló Belinda. Pero a ella le quedaba un comodín. Llamar a un médico y que los evaluara a todos.
No obstante, en la Venezuela pandémica, recurrir a los servicios privados de médicos de visita a domicilio tampoco es un gasto que se pueda ignorar. Por todas las cuatro consultas pagó 200 dólares en total. Era el inicio de una escalada que le llevaría a gastar al menos 600 dólares para poder salir bien librados.
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