Las trágicas y absurdas muertes de peloteros en la historia de la LVBP
Héctor Becerra
El lamentable y aborrecible hecho ocurrido esta madrugada en la autopista San Felipe-Barquisimeto, en el que perdieron la vida los peloteros Luis Valbuena y José Castillo, pasa a engrosar una ya abultada lista de sucesos que tienen como elemento común la trágica y en ocasiones absurda muerte de beisbolistas.
Estos acontecimientos, por involucrar a figuras de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional (LVBP), el deporte más popular entre los venezolanos, provoca impacto entre la población. Así ha pasado antes y así empieza a suceder ahora con este caso de los jugadores de Cardenales de Lara en el que asoman manos criminales de trasfondo.
El «Látigo» y Santeliz
El más notorio de estos trágicos sucesos con beisbolistas como víctimas ha sido el del vuelo 742 de la desaparecida aerolínea emblema nacional Viasa, el 16 de marzo de 1969, todavía catalogado peor accidente aéreo en la historia de Venezuela.
Un avión DC-9 que cumplía la ruta Maiquetía-Maracaibo-Miami se estrelló sobre un sector poblado de viviendas a los pocos minutos de despegar del Aeropuerto Grano de Oro de la capital zuliana.
Fallecieron las 84 personas a bordo de la aeronave, incluyendo al carismático lanzador de los Navegantes del Magallanes Isaías «Látigo» Chávez y el inicialista de los Cardenales de Lara Carlos Santeliz, quienes viajaban a Estados Unidos para incorporarse a los entrenamientos de las Grandes Ligas.
Otras 71 personas que se encontraban en tierra también fallecieron, totalizando 155 muertos.
Mar picado
Casi un año y medio más tarde, el 14 de diciembre de 1970, el jardinero estadounidnse Herman Hill, miembro del afamado Poder Negro del Magallanes, se ahogó en Guaicamacuto, playa cercana a Puerto Cabello. Ese día, después de almorzar, había ido a bañarse junto con otros importados del equipo aprovechando una fecha libre en el calendario.
Con Hill se fueron Dale Spiers, John Morris y el conocido catcher Ray Fosse, el mismo que Pete Rose se llevaría por delante en un Juego de Estrellas. Hill se lanzó al agua y enseguida empezó a gritar, Morris se tiró y logró agarrarlo pero el infortunado se le soltó de las manos y lo arrastró la corriente mar adentro.
El cadáver de Hill fue encontrado tres días después y según la autopsia legal al deportista le dio una embolia casi al mismo instante que se lanzó al agua.
El 1 de enero de 1974, en circunstancias muy parecidas de la de Hill, se ahoga en Patanemo, paraje playero también cercano a Puerto cabello, el pitcher relevista estadounidense Mark Weems, para ese momento líder en juegos salvados de la LVBP con 11. Su cuerpo desapareció entre las olas y nunca más pudo ser rescatado.
Choque mortal
El 20 de diciembre de 1984 muere a causa de un accidente en la Autopista Regional del Centro Gonzalo Márquez, quien se destacó como jugador amateur y profesional con los Leones del Caracas en Venezuela y en las Grandes Ligas con los Atléticos de Oakland y Cachorros de Chicago.
El accidente ocurrió cerca de La Victoria, estado Aragua, cuando lo embistió de frente un vehículo. Márquez, ya retirado y a los 44 años de edad, falleció en el sitio y su hijo de 15 años quedó gravemente herido. Regresaba a su residencia de los Altos Mirandinos conduciendo su carro particular.
Como refuerzo del Magallanes en la Serie del Caribe de 1970, primera ganada por un equipo venezolano, fue líder bate con .444.
Baudilio, Geremi y Sánchez
El 23 de noviembre de 1993 muere en un hecho doméstico Baudilio Díaz, querido pelotero de los Leones del Caracas que mantuvo el record de más jonrones en la LVBP (20) durante varias décadas.
Su caso queda registrado como una de las muertes más absurdas y extrañas que se conozcan, no solo de un beisbolista, sino que muy probablemente sea única en el mundo.
Ese día, el catcher que ya tenía 37 años de edad y estaba casi retirado subió al techo de su casa, ubicada en la urbanización La Tahona, en el este de Caracas, para tratar de hacer ajustes en la antena parabólica, pero su inexperiencia en estas tareas hizo que el pesado plato metálico resbalara de su base y le aplastara el cuello y la cabeza, causándole la muerte instantánea.
El 25 de mayo de 2008 ocurre otra desgracia mortal poco común. El pitcher zuliano Geremi González, quien para entonces era parte del Magallanes, falleció al ser alcanzado por una descarga eléctrica cuando paseaba en su moto de agua a orillas del Lago de Maracaibo, cerca de la localidad de Punta de Palmas en la costa oriental.
“Eran como las 7:00 de la noche y estaba lloviendo. Él se bajó de su moto para sacarla del agua y estaba haciendo lo mismo con otra del grupo. En ese momento le cayó el rayo en la nuca y le partió la cadena de oro que tenía puesta”, dijo Antonio Olmos, amigo del lanzador, quien se encontraba a su lado en el momento de la desgracia.
Más recientemente, el 28 de marzo de 2015, un joven serpentinero de los Leones del Caracas, prospecto de los Marineros de Seattle en las Grandes Ligas, falleció luego de permanecer 44 días en terapia intensiva tras sufrir otro accidente marítimo no muy frecuente en Playa Medina, estado Sucre.
El 14 de febrero, mientras Sánchez nadaba cerca de la orilla, fue golpeado en la cabeza por una embarcación a motor. Sufrió una doble fractura en el cráneo que le produjo hematoma cerebral y lo dejó en coma. Horas después del hecho fue operado en la Policlínica Carúpano y el 19 del mismo mes trasladado al Centro Médico Docente La Trinidad, en Caracas, donde se mantuvo inconsciente hasta su fallecimiento. Tenía apenas 20 años de edad.