La Virgen Reconciliadora de los Pueblos, Betania, Venezuela
Por: María García de Fleury
El 25 de marzo se cumplirán 45 años de la primera aparición de la virgen en Betania, que ocurrió en 1976 en la fiesta de la anunciación en la finca Betania, ubicada en el kilómetro 11 de la carretera Cúa-San Casimiro, estado Miranda, Venezuela, a 65 Km de la ciudad de Caracas. La finca es propiedad de los esposos Bianchini y quien vio a la virgen ese día fue María Esperanza Medrano de Bianchini.
Desde ese día han sido numerosas las apariciones, en particular sábados, domingos y fiestas marianas, sin embargo, el 25 de marzo de 1984 que era domingo, después de una misa con motivo del aniversario, más de mil personas pudieron ver a la virgen María.
Vieron a la virgen sobre la cascada, todos ellos la describen como una radiante de luz que aparecía de repente y que iba acompañada por un perfume de rosas y en ocasiones de otro fenómeno.
Ese día la virgen dijo entre otras cosas: “Esta tierra es buena y bendita y hay que realizar las obras de amor que constituirán la realización de un mundo nuevo donde la unidad será el sello y la clave del reino de Dios entre todos los hombres de la tierra. Hijitos os ruego, defiendan sus derechos y aquilaten su fe en ansias de superación espiritual llevando el mensaje de la madre que bajo distintas advocaciones se le presenta a sus hijos para llamarlos a la conversión”
Y agregó la virgen: “Cuando les pregunten qué mensaje les han dado, respondan textualmente, nuestra madre ha venido como María, virgen y madre reconciliadora de todos los pueblos y naciones, y su mensaje es comprometerse a un mejor servicio de la iglesia y este servicio lo tenemos que hacer reconciliándonos más y más todos los cristianos ya que la reconciliación trae estímulo a los derechos del hombre, justicia social, renovación y carisma. Aún más la reconciliación supone la verdad, el amor, la reparación, libertad de conciencia para vivir en cónsono con la doctrina que nos dijo Jesucristo”
El obispo de Los Teques, Monseñor Pio Bello Ricardo aprobó estas apariciones en una instrucción pastoral del 21 de noviembre de 1987. Cuando aprobó oficialmente el lugar de las apariciones como sagrado, este se convirtió en un lugar de peregrinación, oración y culto, y donde se autorizaba también la celebración de los actos litúrgicos, especialmente la santa misa y los sacramentos de la reconciliación y la eucaristía.
Este reconocimiento de la autoridad eclesiástica local es una novedad, puesto que ninguna aparición se había beneficiado de una autentificación tal desde hace más de medio siglo.
La virgen en sus apariciones en Betania ha impartido muchas enseñanzas como por ejemplo reconciliación como camino para recibir la gracia, llevar la cruz, fe como base del cristianismo, obediencia a la moral y doctrina de la iglesia, servicio, vida evangélica, amor al corazón de Jesús, evangelizar, oración, meditación, penitencia, eucaristía, todo ello para llegar más cerca de Dios, pues la virgen lo que quiere es nuestra unión con Dios porque sabe que con Dios ¡siempre ganamos!
