La Virgen del Rosario, por María García de Fleury
Por: María García de Fleury
La virgen se apareció en 1208 a Santo Domingo de Guzmán en una capilla del monasterio de Prouilhe en Francia con un rosario en las manos, le enseñó a rezarlo y le dijo: “predícalo entre los hombres”, además le ofreció diferentes promesas respecto al rosario.
Concretamente la fiesta de Nuestra Señora del Rosario o Virgen del Rosario, se celebra el 7 de octubre y fue instituida por el Papa Pío V en el aniversario de la victoria obtenida por los cristianos en la batalla naval de Lepanto en 1571.
San Pio X fijó esta fecha inmortalizándola con las palabras “denme un ejército que rece el rosario y este vencerá al mundo”.
La celebración de este día es una invitación para todos a meditar los misterios de Cristo en compañía de la Virgen María que estuvo asociada de modo especialísimo a la encarnación, la pasión y la gloria de la resurrección del hijo de Dios.
En 1716, Clemente XI extendió esta fiesta a toda la iglesia, el Papa León XIII acrecentó su importancia litúrgica con la publicación de 9 encíclicas dedicadas al rosario.
Esta oración mariana en su sencillez y profundidad sigue siendo también en este tercer milenio una oración de gran significado destinada a producir frutos de santidad.
Por su parte, la Virgen de Lourdes en su aparición en 1958 y la virgen de Fátima en 1917 pidieron es sus apariciones que rezáramos el rosario; gran parte de los Papas del siglo XX fueron muy devotos de esta advocación y el papa San Juan Pablo II manifestó en 1978 que el rosario era su oración preferida.
Después, en el año 2002, San Juan Pablo II le añadió al rosario los misterios luminosos en su carta apostolica Rosarium Virginis Mariae.
El Apostolado Mundial de la Virgen de Coromoto está unido a la campaña del millón de niños rezando el rosario por la unión y por la paz este próximo 17 y 18 de octubre trabajando con su lema “exploradores en busca del tesoro familiar”, dado que estamos en el año jubilar de la familia.
En este año 2021 se resalta la figura de San José, citando en sus textos parte de la carta apostólica Corazón de Padre con la que el Papa Francisco declaró un año jubilar que se clausurará el 8 de diciembre.
La campaña de este año anima a los niños a rezar en nombre de María y bajo el amparo de San José, extendidos ya por muchos países, esta campaña de la oración de un millón de niños rezando el rosario por la paz comenzó en el año 2005, cuando un grupo de niños con sus mamás rezaban el rosario en una ermita en Chacao, en la capital venezolana de Caracas y varios de los presentes recordaron las palabras del padre Pio “Cuando un millón de niños recen el rosario el mundo cambiará”.
La campaña se extendió rápidamente por todo el mundo porque todos concientizaron que rezar el rosario es meditar en los misterios de la vida de Jesucristo y es triunfar en la vida, en esa vida que nos pide Dios porque con Dios ¡siempre ganamos!
