La Virgen de la Rosa Mística, por María García de Fleury
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La historia de la Virgen de la Rosa Mística puede decir que comienza en el siglo V en una etapa donde la iglesia atravesaba por muchísimos problemas tanto internos como externos, la humanidad era cada vez más materialista y fría, vacía, pecadora
Las apariciones de la Virgen María Rosa Mística comenzaron en 1947 en Montechiari, una pequeña ciudad al norte de Italia al pie de los Alpes a unos 20 kilómetros de Grecia; allí Pierina Gilli trabajaba como enfermera, era la primavera de 1947 cuando se le apareció la madre de Dios en una sala del hospital, Pierina vio a una hermosísima señora que vestía una túnica morada y cubría su cabeza con un velo blanco, tenía el pecho atravesado por tres espadas y la virgen le explicó el significado que estas tenían.
La primera significa la pérdida culpable de la vocación sacerdotal o religiosa, la segunda espada la vida en pecado mortal de personas consagradas a Dios, la tercera espada la traición de aquellas personas que al abandonar su vocación sacerdotal o religiosa pierden también la fe y se convierten en enemigos de la iglesia. El rostro celestial de la Virgen estaba triste, sus lágrimas caían al suelo y sus labios se abrieron para decir: «Oración, penitencia, reparación», luego guardo silencio.
La Virgen le dijo que al hacer oración penitencia y reparación, las almas malas y frías como el mármol volverían a ser amantes y fieles a Dios.
En una segunda aparición ocurrida el domingo 13 de junio de 1947 también en el hospital, la santísima virgen apareció vestida de blanco y en vez de las tres espadas llevaba tres rosas, una blanca, otra roja y una dorada. La rosa blanca significa espíritu de oración, la rosa roja, el espíritu de reparación y sacrificio, la rosa dorada o amarilla el espíritu de penitencia.
Pierina le preguntó su nombre y la Virgen respondió, «Soy la Madre de Jesús y Madre de todos ustedes, nuestro Señor me envía para implantar una nueva devoción mariana en todos los institutos masculinos y femeninos, en las comunidades religiosas y en todos los sacerdotes. Yo les prometo que si me veneran de esta manera, gozarán particularmente de mi protección, habrá un florecimiento de vocaciones religiosas, menos deserciones y una gran santidad entre sus miembros».
Pierina le pregunto: ¿ Y no es necesaria una prueba o un milagro de sus apariciones? ,y ella respondió: » el milagro más patente consistirá en que las personas consagradas a Dios, que desde hace tiempo y de modo especial durante la guerra se han dejado dominar por la tibieza hasta el punto de ser infieles a su vocación y traicionarla, esas personas que con deslealtad han provocado los castigos y persecuciones de los cuales actualmente es victima la Iglesia, cesarán de ofender gravemente al Señor, y harán florecer de nuevo el espíritu de sus fundadores».
El 17 de enero de 1971 la Virgen le dijo a Pierina, «un rosario bien rezado es la mejor oración, repite a todos que recen el Rosario porque es anillo de fe y de luz, una prenda del poder de la intercesión ante Dios hija mía, no guardes en el silencio la suplica vehemente de la Madre del Cielo, repite a todos que se necesita oración para que los hombres vuelvan al amor de Dios», porque Dios con quién ¡siempre ganamos!
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