La Virgen de Fátima y los tres pastorcitos, por María García de Fleury - 800Noticias
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Religión

Por: María García de Fleury

La santísima madre de Dios se apareció seis veces a tres pastorcitos cerca de Fátima, en Portugal, Lucía Dos Santos de 10 años, Francisco Marto de 9 años y Jacinta Marto de 7 años. Los tres cuidaban de los rebaños combinados de ovejas de la familia.

En 1916 antes de las apariciones de la madre de Dios los niños recibieron tres visitas de un ángel que le dijo “no tengan miedo, soy el ángel de la paz, oren conmigo”, se arrodilló en el suelo y repitió tres veces “Dios mío, creo, adoro y espero y te amo, te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no te aman”.

Los niños se aprendieron la oración y la repetían constantemente, a partir del 13 de mayo de 1917 y continuaron durante 5 meses consecutivos el día 13 de cada mes. La virgen María se acercó a los niños y les dijo mensajes y les dio profecías. Para el fin de la guerra y el restablecimiento de la paz les pidió que rezaran diariamente el rosario, que establecieran la devoción mundial a su inmaculado corazón y que hicieran penitencia.

La virgen repitió su pedido en cada una de sus apariciones diciendo “recen el rosario todos los días para que obtengan la paz del mundo”. Les pidió a los niños que se ofrecieran a Dios, que aceptaran los sufrimientos que tendrían que pasar y que oraran por la conversión de los pecadores, recordemos que ella estaba hablando con sus pequeños mensajeros en Fátima en términos que ellos podían entender.

Las profecías de la virgen María y su plan de paz sobre todos los seres humanos fueron sin distinción porque el corazón de María es un corazón de Madre, es un corazón universal y su llamado es un llamado universal. El mensaje que brota de las apariciones de Fátima es para la iglesia y el mundo entero más actual que nunca y también lo es su íntima vinculación con aquel que se sienta en la sede de Pedro, el Papa.

Recordemos que bajo el pontificado del Papa Benedicto XV tuvieron lugar las apariciones de Fátima como una ayuda extraordinaria de la madre de Dios. El Papa Pio XI declaró oficialmente posible el culto a la virgen de Fátima, el Papa Pio XII que casualmente fue ordenado obispo el mismo día de la primera aparición, quiso realizar un acto de consagración del mundo y especialmente de los pueblos de Rusia al corazón inmaculado de María en octubre de 1942.

Tanto el Papa Juan XXIII como el Papa Juan Pablo I visitaron a Fátima dos años antes de ser electos. Pablo VI fue el primer pontífice en visitar el santuario de Fátima en 1967 en el 50° aniversario de las apariciones.

El Papa Juan Pablo II atribuyó a la intercesión de Nuestra señora de Fátima el haber sobrevivido luego del atentado del 13 de mayo de 1981, y peregrinó el santuario de Fátima en 1982 donde quiso consagrar al mundo al corazón de la Madre, luego visitó nuevamente Fátima en 1991 y en el año 2000 cuando beatificó a los pastorcitos Francisco y Jacinta y ordenó la publicación de la tercera parte del secreto de Fátima.

El Papa Benedicto XVI en su visita a Fátima en el año de 2010 dijo “agradezco Madre querida las oraciones y los sacrificios que los pastorcitos de Fátima hacían por el Papa”, y destacó las palabras de la virgen “Al final mi inmaculado corazón triunfará”, por eso es un llamado a consagrarnos a nosotros y al mundo al inmaculado corazón de María porque ella ratifica que con Dios ¡siempre ganamos!