La vida accidentada de Coltescu, el cuarto árbitro rumano de la polémica racista
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La vida de Sebastian Coltescu, el árbitro acusado de realizar un comentario racista durante el partido entre el PSG y el Basaksehir, ha estado llena de altibajos. Tanto, que ha llegado a intentar suicidarse en dos ocasiones y se ha visto envuelto en episodios controvertidos en la liga rumana. El de anoche es el enésimo capítulo polémico del colegiado, cuya carrera ha quedado muy tocada tras el incidente protagonizado en el Parque de los Príncipes de París.
A sus 43 años, Coltescu ha saboreado ya todas las categorías del arbitraje mundial. Llegó a ser un árbitro cuatro estrellas para la UEFA en 2006, pero poco a poco fue siendo degradado hasta caer a la segunda división rumana en 2007. Aquella decisión le sumió en una depresión que estuvo a punto de costarle la vida, pues solo la policía -alertada por sus vecinos- fue capaz de detener su intento de suicidio en 2008. Apenado por sus errores en el campo, el árbitro amenazó con lanzarse desde la ventana de su apartamento, algo que finalmente no ocurrió gracias a la intervención de las fuerzas del orden.
La recuperación anímica del colegiado le permitió regenerar su confianza en el campo, ganándose de nuevo la posibilidad de dirigir en primera y de volver a ser internacional cinco años después. De hecho, esta temporada ha sido árbitro principal en algún partido de Europa League y también estuvo como reserva en el duelo entre el Shakhtar y el Real Madrid de la Champions hace una semana.
En cualquier caso, su figura ha estado siempre cercana a la polémica. Así lo confirman en su país, donde ha protagonizado diferentes escenas muy controvertidas. Como el duelo entre el Astra y el Steaua de Bucarest de 2015, en el que anuló tres goles al conjunto de la capital, que perdió 2-0 y cuyas protestas llevaron a Coltescu a la «nevera» durante varias semanas. Dos años antes, llegó a expulsar a seis jugadores en el Petrolul-Gaz Metan, llegando a encararse con uno de ellos, por lo que fue nuevamente puesto bajo la lupa de los responsables del arbitraje rumano.
Errores que no son humanos
Muchos colegas y excompañeros se han referido a él por su supuesta falta de imparcialidad. «Toda la carrera de Coltescu está llena de momentos oscuros. Puede que tenga talento, pero podría dedicarse mejor a otra cosa. A un árbitro se le permiten errores humanos, pero hace años que los suyos no lo son. No hay partido en el que no intervenga directamente en el resultado final», señaló hace semanas Adrian Porumboiu, exárbitro de Rumanía.
Los últimos meses han sido complicados para Coltescu, que vio cómo sus padres fallecían por culpa del cáncer en menos de un año y que además se divorció de su mujer. Ahora le llega esta nueva polémica, teñida de tintes racistas que él mismo ha tratado de disipar. «Quien me conoce sabe que no soy racista. Espero que, al menos, se diga esto», explicó el colegiado a un familiar que reveló la conversación en el medio rumano «ProSport».
En cualquier caso, el incidente podría acabar definitivamente con su carrera, pues tanto la FIFA como la UEFA mantienen un veto total a los episodios racistas. Queda pendiente la investigación, pero si se confirma podría suponer el adiós de Coltescu a los terrenos de juego. Al menos, en Europa, aunque esta despedida podría arrastrarle también en el campeonato rumano, donde hace tiempo que también es cuestionado.
Con información de ABC.