La sangre, una herramienta para combatir envejecimiento y regenerar tejidos
EFE
Cuando el irlandés Bram Stoker escribió la novela Drácula, personaje que se alimenta de la sangre de las personas para vivir por siempre, lejos estaba de imaginar que su fórmula se aplicaría a la cosmética. Pero hoy, para verse joven, hay que dejarse chupar la sangre.
«Es una técnica que ya tiene muchos años que se llama plasma rico en plaquetas. Consiste en extraer un poco de sangre de forma intravenosa para obtener concentrado plaquetario, el cual tiene muchos beneficios», contó a Efe el doctor Martín García Villanueva, especialista en medicina antienvejecimiento.
Las plaquetas, aseguró, liberan los factores de crecimiento que se encargan de estimular la regeneración celular, aumentan la formación de nuevos vasos sanguíneos y producen nuevo tejido.
«Poseen un efecto reparador que se aprovecha para rejuvenecer la piel. Con esta técnica se pueden renovar tejidos, articulaciones, y se puede utilizar para tratar problemas de artrosis, hernias de columna, desgaste articular en hombros, rodillas e incluso para reducir el tamaño de la próstata», señaló.
El director de la clínica Angelus, la cual está especializada en el uso de esta técnica, explicó que una vez obtenida la sangre se procesa a través de centrifugado específico, lo que separa de la sangre el plasma, donde se encuentran las plaquetas.
«En las plaquetas se encuentran las CD34, células madre destinadas para recuperación y regeneración de tejidos, las cuales se extraen y se combinan con ozono a alta concentración, lo cual aumenta 600 veces la capacidad regenerativa de las células», indicó.
El envejecimiento genera en la piel visibles signos de la pérdida de juventud: la disminución de luminosidad, del brillo y la tersura de la piel, la falta de tono, la presencia de arrugas finas y la flaccidez de los tejidos.
García Villanueva explicó que el concentrado puede inyectarse, tal como se haría con el botox o el ácido hialurónico; sin embargo, hoy existen cremas personalizadas que tienen un efecto prolongado al usarse diariamente.
«La crema tiene como base el colágeno; se le añaden estas células que son de uno mismo y se tiene una mejor expresión de piel, humectación y las células actúan para dar renovación celular y una mejor regeneración de la piel dañada», explicó.
Sin embargo, dijo que esta técnica no es recomendable en personas que padezcan un cuadro infeccioso, que sufran descompensaciones a causa de la diabetes o muy anémicas.
La principal ventaja, resaltó, es que este tipo de tratamientos son naturales y fisiológicos que utilizan los propios elementos del organismo para reparar el daño producido por el tiempo.
Por último, explicó que productos como las cremas son un tratamiento de mínimo riesgo «porque la sangre de uno mismo no tiene manera de contaminarse de otra más, ni existe riesgo de rechazo». Pero por lo mismo, es personalizada y de uso exclusivo de la persona a la que se le extrae la sangre.