La Sábana Santa, por María García de Fleury
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Después de muerto, Jesús fue bajado de la cruz gracias a José de Arimatea junto con Nicodemo y en presencia de la Virgen María y el apóstol Juan, colocaron a Jesús en una tela de lino de unos 4,30 metros por 1,13 metros y lo envolvieron rápido, pues ya iba a empezar el Shabat y debían irse a sus casas a rezar.
Luego, al tercer día de haber muerto, las mujeres fueron al sepulcro y no encontraron a Jesús, corrieron a avisarle a los apóstoles, Pedro corrió, entró en el sepulcro y lo vio vacío y se dio cuenta de que el sudario no estaba en el suelo junto a las vendas sino doblado y colocado aparte.
Juan, que entró después de él, vio y creyó. Esa sábana, es la que se conoce como la sábana santa, la síndone, el santo sudario o la sábana de Turín. En ella se muestra la imagen de un hombre que presenta marcas y traumas físicos, propias de una crucifixión durante el tiempo del emperador Tiberio y el gobernador en Judea, Poncio Pilato.
Así se establece el primer paso de un objeto símbolo, la síndone, la sábana santa, no en lo cielos de la teología, sino en las venas y en las entrañas de los hombres. Esta sábana se encuentra en custodia en la catedral de Turín, Italia, en la capilla de la sábana santa construida expresamente para ella, entre 1668 y 1694, durante el reinado de Carlos Manuel I de Saboya, Duque de Saboya.
La investigación científica sobre el sudario comenzó en 1898 con la sorprendente fotografía tomada por el aficionado italiano Secondo Pia. En condiciones normales, solo aparece en la tela el vago desenfoque sepia de un cuerpo humano, pero cuando Secondo Pia examinó el negativo inverso de su placa fotográfica en el cuarto oscuro descubrió la imagen detallada de un hombre barbudo con heridas visibles en su cuerpo.
La gran pregunta, sin respuesta, es ¿qué causó que se formara un espejo lineal, de adelante hacia atrás, de un hombre adulto en una tela funeraria de lino?. El hecho de que la ciencia aún no haya producido una respuesta definitiva, explica por qué la sábana santa de Turín, es el artefacto más estudiado, analizado, venerado y controvertido del mundo.
Conectar a Cristo con la sábana santa es un proceso que se aborda preguntándonos ¿qué dice la biblia sobre lo que le sucedió al cuerpo de Cristo inmediatamente después de su muerte en la cruz?. Inmediatamente se puede ir viendo cada parte de la sábana y se corrobora con la narración del evangelio.
La pasión, muerte y resurrección del Salvador es un acontecimiento tan importante que, a pesar de las diferencias entre los distintos evangelios, ninguno de ellos deja de exponer, cada cual con sus características particulares, el relato de estos hechos y todo lo que dice cada uno de los evangelios, puede corroborarse en las sábanas santa.
La sábana santa, la síndone, el sudario, es una invitación a vivir cada experiencia incluso la del sufrimiento y suprema impotencia con la actitud de quien cree que el amor misericordioso de Dios vence toda la pobreza, todo condicionamiento y toda tentación de desesperación.
La sábana santa es un reto a la inteligencia, es mucho mas lo que tiene que decir la ciencia, que la iglesia al respecto. La fascinación misteriosa que ejerce la sábana santa impulsa a formular cada vez más preguntas sobre la relación entre este lienzo sagrado y los hechos de la historia de Jesús, de Dios en la tierra y con Dios siempre ganamos.
