La MSN DEL Bareclona, ante la defensa mutante del Leganés

EFE

Han bastado solo tres jornadas de liga para descubrir algunas de las fortalezas del Leganés, equipo que para muchos se ha colado por sorpresa entre los grandes del fútbol español. La solidez defensiva es una de ellas y este fin de semana, contra una de las delanteras más potentes del fútbol europeo, se pone a prueba.

Nombres como Messi, Neymar y Suárez llegarán a Butarque con hambre de gol y ganas de reivindicarse tras el último tropiezo en la competición doméstica ante el Alavés. La suma del talento y las buenas intenciones suelen traer consigo el éxito pero puede que todo ello no sea suficiente para doblegar a una retaguardia que ya secó en las dos primeras jornadas al Celta de Vigo y al Atlético de Madrid.

Más allá del acierto bajo los palos del portero Jon Ander Serantes, ante él se levanta una línea compenetrada y dúctil que permite al técnico Asier Garitano probar distintas variantes sin generar incertidumbre al resto del equipo.

La flexibilidad que le ofrecen sus hombres y la capacidad de estos para mutar en función de las demandas del entrenador le ha facilitado alternar, dependiendo del choque y las circunstancias, defensas compuestas por cuatro o cinco efectivos. Toda una ventaja para quien estudia al rival de manera minuciosa y plantea siempre el choque con esmero.

Hasta el momento todos los defensas menos el argelino Carl Medjani, que llegó el pasado verano tras jugar en el Levante, han contado con minutos en la competición. Los otros seis han saltado al césped en algún momento, tres de ellos jugando todos los minutos. Y no sin protagonismo pues, además de resistir las embestidas rivales, han anotado los dos goles de la plantilla hasta la fecha.

Es el caso de Víctor Díaz, autor de la primera diana en la máxima categoría del fútbol español. El lateral diestro, un jugador solvente atrás que sabe incorporarse con inteligencia al ataque, ya era indiscutible el pasado curso en Segunda y su rol no ha cambiado con el paso de los meses.

Tampoco el de Martín Mantovani, uno de los dos únicos jugadores junto a Alberto Martín que resiste desde la etapa en Segunda B. El argentino aporta contundencia y garantías en el juego aéreo además de ejercer con implicación como capitán.

Por su parte Diego Rico, que vio portería en la última jornada en Gijón, es una de las incorporaciones realizadas este curso. El Leganés desembolsó dinero para traérselo del Zaragoza, algo que no siempre es habitual teniendo en cuenta lo mucho que se apuesta por futbolistas cedidos o libres, y el resultado hasta el momento está siendo positivo.

En él, y también en Unai Bustinza, encuentra el entrenador dos elementos clave a la hora de jugar con el dibujo táctico. Ambos son zagueros poliédricos, capaces de adaptarse indistintamente al centro y al costado. Rico, de hecho, ya ha ejercido en ambas posiciones en lo que va de temporada. Su compañero solo lo ha hecho de momento por el centro aunque debería ser el recambio natural de Víctor Díaz.

Completan la nómina Pablo Insua y Adrián Marín. El primero, que ha empezado con problemas físicos, es un héroe para los aficionados tras lograr en Miranda el gol del ascenso. Pero su trascendencia va más allá de ese episodio. Internacional en el pasado con las categorías inferiores, su cesión desde el Deportivo garantiza la presencia de un central con grandísima proyección.

Eso mismo se ha encontrado en Marín, un lateral zurdo de buen despliegue físico y que no duda en proyectarse hacia la arriba si la situación lo requiere. A préstamo desde el Villarreal, su papel es muy importante cuando Rico ocupa un sitio en el eje.

Todos ellos esperan con ambición al Barcelona, conscientes de que ocupar un lugar en el once inicial es una tarea complicada debido a la competitividad que hay en los distintos puestos. Ese privilegio se gana día a día, en el trabajo que no se ve. Solo dejándose la piel convencerán a Garitano.