La mortalidad infantil decrece un 41 % en países de rentas medias y bajas - 800Noticias
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EFE

La mortalidad en niños menores de cinco años decreció un 41 % entre 2000 y 2017 en países de rentas bajas y medias, aunque todavía persisten graves diferencias geográficas en el mundo en cuanto a la salud infantil, indica un estudio publicado este miércoles en la revista Nature.

«El resultado general es alentador», aunque «una mirada más profunda revela que todavía se mantienen las desigualdades», señala en un artículo que acompaña al trabajo la alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet.

En el periodo de 17 años estudiado, fallecieron 123 millones de niños en el mundo, 5,4 millones de ellos en 2017, según el trabajo elaborado por expertos de la Universidad de Washington, en Estados Unidos.

El 93 % de las muertes infantiles en 2017 se registró en países de rentas bajas y medias. India, Nigeria, Pakistán y la República Democrática del Congo fueron los más castigados, si bien el estudio subraya que las variaciones regionales dentro de cada Estado son especialmente relevantes.

En Vietnam, por ejemplo, el ratio de mortalidad infantil fue en 2017 de 6,9 muertes por cada 1.000 nacimientos en la ciudad de Ho Chi Minh, mientras que en el distrito rural de Muong Tè ascendió a 39,7.

En Pakistán, más de la mitad de las muertes de niños menores de cinco años se concentraron en la provincia de Punjab, en la que se registró un ratio de 63,3 fallecimientos por cada 1.000 nacimientos.

Bachelet resalta que las áreas donde residen grupos de etnias o religiones minoritarias son más propensas a que aumenten los fallecimientos de niños menores de cinco años.

«Las muertes de niños a menudo acompañan a otras violaciones de los Derechos Humanos. La inseguridad, la violencia y los conflictos afectan a millones de menores», afirma la alta comisionada.

La discriminación contra las mujeres, en particular, es uno de los aspectos sociales que puede empeorar las perspectivas vitales de los niños, ya que provoca que no se prioricen las necesidades sanitarias de las madres, según la expresidenta de Chile.

«Atajar la mortalidad infantil requiere esfuerzos en todos los ámbitos de gobierno. Proveer acceso a tratamientos médicos es solo un elemento. Para garantizar los derechos sanitarios, los gobiernos deben considerar al mismo tiempo los condicionantes sociales para el bienestar de los niños», agrega Bachelet.

El estudio publicado en la revista científica británica resalta que el 58 % de las muertes infantiles que se registraron entre 2000 y 2017 eran prevenibles.

El grupo de investigadores estadounidenses, liderado por Simon Hay, sugiere que su trabajo puede contribuir a buscar estrategias para cumplir con los objetivos de desarrollo sostenible fijados por Naciones Unidas, que aspira a acabar con las muertes evitables de niños en 2030.

Para llevar a cabo su estudio, los expertos de la Universidad de Washington han recopilado datos de 99 países de ingresos bajos y medios.

En el periodo analizado, no hubo ninguna región en la que se registrara un incremento significativo de la mortalidad infantil, y en la mayoría de ellas se ha detectado un descenso pronunciado de los fallecimientos, incluso en aquellas donde el riesgo es más elevado.

«Las posibilidades de que los neonatos sobrevivan hasta alcanzar la edad adulta nunca han sido más elevadas», subraya Bachelet, para quien «prácticamente todos» los países miembros de la ONU «han hecho tremendos progresos».

Aún así, «dentro de cada país, las disparidades condenan a muchos niños a una muerte prematura», detalla.

«Los factores que contribuyen a las muertes infantiles se deben a los fallos al abordar problemas sociales más amplios, como la pobreza, la falta de empoderamiento, la discriminación y la injusticia», recalca la alta comisionada. EFE

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