La lucha contra el racismo, un duro test para Rusia-2018
San Petersburgo, Rusia | AFP | El futbolista brasileño Hulk lanzó la voz de alarma esta semana, a pocos días del sorteo de la fase preliminar del Mundial de Rusia-2018 y a menos de tres años del inicio: el racismo es un problema serio en los estadios del país que albergará el torneo.
El delantero del Zenit de San Petersburgo ha sido víctima de gritos de simio por parte de los aficionados rivales.
«Pasa en casi todos los partidos en Rusia. Si ocurriera durante el Mundial en 2018, sería escandaloso y feo», señaló Hulk el lunes a las agencias internacionales de prensa.
Si las obras de los estadios del Mundial-2018 avanzan bien, hay otra más preocupante, la de la lucha contra el racismo.
«Es un tema que no es fácil de superar y no se puede hacer de un día para otro o en solo dos años. Es un problema de comportamiento, social. En Rusia no se entiende muy bien lo que es el racismo. Lo primero que hay que hacer es admitir que hay un problema, que las autoridades se den cuenta de que es así», señaló Yuri Boychenko, jefe de la sección antidiscriminación de Naciones Unidas, este jueves en una rueda de prensa de la FIFA.
«El ministro de deportes ruso y la federación participaron en una reunión que espero que sirva para concienciar a las autoridades de que tienen que asumir su responsabilidad y reaccionar cuando haya incidentes. Espero que se deje de negar que existe el racismo y que se critique este tipo de incidentes. Cualquier incidente merece una investigación exhaustiva», añadió.
El viernes pasado, el campeonato ruso comenzó mal. El centrocampista ghanés Emmanuel Frimpong fue expulsado tras reaccionar de manera violenta a insultos racistas en el partido de su equipo, Ufa, contra el Spartak de Moscú (2-2).
En 2014, equipos como el Spartak o el Torpedo de Moscú fueron sancionados por cánticos racistas.
– Sanción de la UEFA –
En 2013, la UEFA decidió un cierre parcial del estadio del CSKA de Moscú, tras cánticos similares contra Yaya Touré, centrocampista marfileño del Manchester City, en un partido de Champions.
«En Rusia no dan mucho eco a todos estos incidentes», afirma Hulk, que será uno de los ayudantes del sorteo del Mundial-2018 el sábado en San Petersburgo.
«Es importante tener un sistema de observadores que controlen este tipo de incidentes. La federación rusa de futbol ha nombrado a un comisario responsable para ello. Si no desaparecen, pediremos más esfuerzo al ministerio ruso de deportes y federación rusa», explicó, por su parte, Boychenko.
El argentino Federico Addiechi, responsable de desarrollo durable y responsabilidad social de la FIFA, función que se centra también en una dimensión educativa y social alrededor del fútbol, afirma que hay que luchar con fuerza contra el problema.
«Tendríamos que ser muy arrogantes o inocentes para decirle a Rusia lo que tiene que hacer. Nosotros tenemos que prevenir que se produzcan actos racistas en un evento que es responsabilidad nuestra. Tenemos que poner las herramientas necesarias para recabar pruebas y tomar sanciones contundentes. Tolerancia cero», señaló Addiechi.
«El fútbol puede tener un efecto positivo en Rusia o el resto del mundo. A través de las medidas, tenemos que evitar que se produzcan actos racistas. No somos responsables de los que pasa cada fin de semana en la liga rusa, pero si necesitan ayuda estamos ahí para ayudarlos», añadió el argentino.
«En partidos de la FIFA, hay veces que tenemos testimonios pero las pruebas no son suficientemente buenas para poder sancionar. Hay que reforzar los sistemas de control, poner a observadores, responsables de recopilar pruebas para que luego la comisión disciplinaria pueda tomar las sanciones correspondientes», concluyó Addiechi.
La FIFA y el comité organizador de Rusia-2018 tienen tres años por delante para acabar esta difícil obra.