La Inmaculada Concepción, por María García de Fleury - 800Noticias
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Religión

Por: María García de Fleury

El 8 de diciembre la iglesia celebra la fiesta de la Inmaculada Concepción, todos los seres humanos nacemos con la mancha del pecado original; el único ser que no ha tenido esa mancha ha sido María, la madre de Jesús, el salvador del mundo.

Celebrar esta fiesta significa que la virgen María siempre, desde el momento de su concepción dentro del vientre de Santa Ana, su madre, siempre estuvo llena de la gracia de Dios. Dios la preservó de toda mancha hereditaria de pecado porque iba a ser la madre del salvador del mundo, Dios quiso preparase un lugar puro donde su hijo se encarnara.

Ella, de la que Dios se refirió desde el principio de los tiempos cuando le dijo a la serpiente “una mujer aplastará tu cabeza”, no podía tener ni por un momento, ni por un segundo una mancha, por eso ella es la llena de gracia desde su concepción que es el momento en el que comienza la vida humana; el momento en el que Dios crea al alma y la infunde en la materia orgánica que proviene de los padres.

Solo el hecho de que María se mantuvo en estado de gracia puede explicar que continúe la enemistad entre ella y la serpiente.

Junto a Jesús, que vino como redentor y salvador se manifestará su obra maestra, la preservación perfecta de todo pecado de su madre virginal. En la biblia no se habla en ninguna parte de esto, pero encontramos partes donde por ejemplo el ángel Gabriel la saluda en el momento de la anunciación diciéndole: “Alégrate, llena de gracia, el señor está contigo”, por eso no podía tener pecado.

En el libro del apocalipsis se habla de una mujer vestida de sol, “si ella es todo esplendor, no puede haber mancha de pecado”, significa que ella lleva el reflejo del esplendor divino y aparece como un signo grandioso de la relación esponsal de Dios con su pueblo.

En las apariciones de la Virgen a Bernardita en Lourdes, que fue el 25 de marzo de 1858, día de la décimo sexta aparición, Bernardita le pidió a la señora que le dijera su nombre, y ella le respondió “Yo soy la Inmaculada Concepción”.

Estos dogmas de la Inmaculada Concepción que María es concebida por los méritos de Cristo en la Cruz, ratifica así lo que el papa Pio IX había declarado como dogma de fe cuatro años antes el 8 de diciembre de 1854 cuando dijo “declaramos, proclamamos y definimos que la doctrina que la beatísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de pecado original desde el primer instante de su concepción por gracia y privilegio de Dios, en atención a los méritos de Cristo Jesús, salvador del género humano y está revelado por Dios por lo tanto debe ser firme y constantemente creída por todos los fieles.

La Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María pide que seamos puros para que Jesús pueda residir en nosotros, pide consagrarnos a su Inmaculado Corazón como un lugar seguro para alcanzar conocimiento perfecto de Cristo y caminar seguro para vivir llenos del espíritu santo, y así con el espíritu santo llegamos a Dios y con Dios siempre ganamos.