La Independencia necesita la verdad, por María García de Fleury - 800Noticias
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Actualmente presenciamos cómo se difunden muchas dudas y objeciones de orden humano, psicológico, social, cultural, religioso e incluso teológico; se dan conceptos antropológicos a la conveniencia de algunos, se relativiza todo y se pone en tela de juicio de modo global y sistemático el patrimonio moral.

Existe una influencia de corriente de pensamiento que terminan por erradicar la libertad de su relación esencial con la verdad y la someten a una autoridad humana, que diga lo que hay que hacer aunque sea con mentiras y falsedades.

Celebrar la Independencia implica mirar atentamente a los nuevos desafíos de la historia y a los esfuerzos que hombres y mujeres realizan en la búsqueda de su libertad, de su felicidad, de su propio desarrollo. Para lograrlo, necesariamente hay que pasar por darle respuesta al sentido de la propia, vida.

Indaguemos a fondo los signos de los tiempos, para interpretarlos a la luz de la verdad de forma de que cada generación pueda responder a los interrogantes permanentes sobre el sentido de la vida presente y futura y sobre la relación mutua entre ambas.

Actualmente el principal objetivo es alejar a la humanidad de la ley de Dios, así los jóvenes nacen y crecen fuera de todo horizonte de la Iglesia. Hemos pasado una situación en que se luchaba contra Dios, intentando desplazar a Dios del mundo de la imagen y del pensamiento a una nueva situación en que la cuestión de Dios simplemente no interesa.

No pensamos en Dios, no hablamos sobre el pecado ni siquiera se menciona la palabra pecado y se utilizan términos útiles como error. Mala decisión, las ofensas a Dios y a los demás se minimizan usando frase como «bueno, todos los demás lo hacen es normal, así nací», y culpan a factores externos como personas, situaciones, el entorno, como los causantes de su mal comportamiento.

Todo esto impide que seas libre, todo esto te ata a tu pasiones materiales. Dios dio diez mandamientos para que elevemos el espíritu, para que seamos libres, porque los mandamientos se resumen en dos: Amar a Dios sobre todas las cosas y amar al prójimo como a ti mismo. La ley no es para restringirnos, sino para darnos libertad ahora y siempre.

Los nuevos desafíos de la historia llaman a buscar la libertad, la felicidad, el propio desarrollo. Caemos en el caos cuando lo buscamos a través de la mentira; es proponer una caricatura de la libertad pretender que el hombre es libre para organizar su vida sin referencia a los valores morales y éticos.

Jesucristo dijo «la verdad te hará libre», estas palabras encierran la exigencia de una relación, única con respecto a la verdad como condición de una auténtica libertad y la advertencia de evitar cualquier aparente, superficial o unilateral, evitar cualquier libertad que no profundice en la verdad sobre el hombre y sobre el mundo.

La libertad no es solamente un derecho que se reclama para uno mismo, es un deber que se asume de cara a los otros. Para servir verdaderamente a la paz, la libertad de cada ser humano y de cada comunidad humana debe respetar la dignidad de cada persona, la libertad y los derechos de los demás, tanto individuales como colectivos, la ley del amor en buscar el bien del otro te hace perfectamente libre, Dios es amor y con Dios siempre ganamos!