La importancia del Lunes Santo, por María García de Fleury
Por María García de Fleury
Al día siguiente de su entrada triunfal en Jerusalén con las palmas donde fue vitoreado y alabado por muchísimas personas Jesús regresó con sus discípulos a Jerusalén. En el camino maldijo una higuera porque no había dado fruto, enseñándonos que la fe verdadera es más que una simple religiosidad exterior, porque la fe viva debe dar fruto espiritual en la vida de una persona.
Cuando Jesús llegó al templo encontró los patios llenos de vendedores y cambistas corruptos empezó a tumbar sus mesas y limpiar el templo diciendo: las escrituras dicen «mi templo será casa de oración»; diciéndoles que no tenían excusa porque ellos debían conocer y obedecer las escrituras como dice el salmo 93 en el versículo 5 y como dice el profeta Isaías en el capítulo 56; que su casa será casa de oración, un lugar para la devoción y el culto. Luego Jesús les agregó, «pero ustedes lo han convertido en cueva de ladrones», lo decía porque los animales para el sacrificio debían ser perfectos y los comerciantes la pagaban sobornos a algunos sacerdotes para vender sus animales, aunque tuvieran defectos. Eso decía Jesús, «jamás se debía hacer» y menos en un lugar santificado, como había profetizado Jeremías en el capítulo 7.
Cuando Jesús dijo; está escrito, mi casa será llamada casa de oración, estaba diciendo, que la oración debe ser una parte muy obvia de la reunión de cristianos que la gente llamará a esa reunión «casa de oración».
Jesús enseñó que la oración en el templo se hace básicamente leyendo la biblia y orando en voz alta con otros creyentes, esto es parte fundamental del crecimiento en la fe.
Las sagradas escrituras son las que determinan el contenido de la oración, la oración y la lectura de la biblia deben ir de la mano, ninguna es efectiva sin la otra. En el libro de los Hechos de los apóstoles en el capítulo 2 se revela lo que hicieron los hijos de Dios después de recibir el Espíritu Santo, y dice: perseveraban en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en el partimiento del pan y en la oración. Aquí habla de oración, de la palabra, es decir las enseñanzas de los apóstoles, del partir el pan, la memoria de la cruz, del compañerismo, conversaciones piadosas, bíblica espiritual.
Amigos el Lunes Santo es un día importante para pensar, ¿alguien puede llamar a la iglesia una casa de oración? La oración a partir de la lectura del evangelio de la biblia en general es la esencia de la intimidad con Dios, es la fuerza impulsora para ser discípulos. En la misa hacemos oración a partir de lecturas de la biblia y el evangelio.
Cristo enseñó con el ejemplo, oremos por la oración que Cristo y los apóstoles oraron, que son el Padre Nuestro, El Credo. San Mateo en su evangelio dice: oren pues para que el señor de la mies envié obreros a su mie. San Lucas dice: deben orar siempre y no desmayar; San Pablo les decía a los tesalonicenses: oren sin cesar, den gracias en todo y agregó, perseveren en la oración velando en ella con acción de gracia.
Ofrezcamos a Dios continuamente sacrificios de alabanzas. El diseño de Dios para el templo fue que fuera una casa de oración, un lugar para reunirse con Dios y adorarlo y que todos aprendieran y supieran que, con Dios, ¡siempre ganamos!
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