La ilusión peruana por la Copa América devora kilómetros y mezcla culturas
EFE
La ilusión de Perú por la final de la Copa América que disputarán este domingo ante Brasil, 44 años después de su última opción para ganar el título, genera que los aficionados peruanos devoren kilómetros o presenten curiosas mezclas culturales para llevar a la ‘Blanquirroja’ a lograr su tercer título.
Con poco más de 24 horas por delante, los aficionados peruanos comienzan a hacerse sentir en Río de Janeiro, en cuyo histórico Maracaná se disputará la gran final del torneo de selecciones más antiguo del mundo, varios de ellos acudieron al último entrenamiento de su selección, en el Estadio Olímpico Nilton Santos de Río.
Entre los que se acercaron a alentar a la selección en la sede del Botafogo brasileño, pocos han vivido un viaje tan peculiar como el de Henry, un joven que junto a su amigo Kent recorrió 7.000 kilómetros entre Lima y Río de Janeiro en un Volkswagen ‘Escarabajo’ de 1976, con un doble objetivo: ver a Perú en la Copa América y promocionar a la asociación ‘Vidawasi’, cuyo objetivo es construir un hospital para la atención de cáncer pediátrico en Lima.
En su automóvil «de fabricación brasileña, pero corazón peruano», estos dos amigos arrancaron su camino, pero tuvieron que dar la vuelta en el desierto chileno de Atacama, cuando por el calor reventaron el motor de su vehículo.
«Tuvimos que volver a Peru, 400 kilómetros remolcados y a por un nuevo motor. Lo intentamos de nuevo, y lo logramos», revela a EFE este viajero, ya en Río de Janeiro.
En su periplo, que incluyó Chile, Argentina y Brasil, durmieron en el vehículo, aprendieron a conducirlo y a cuidar la mecánica, y lograron el sueño de ver a Perú en la Copa América.
«Perú tenía cero expectativa, siempre jugamos bien la Copa América, pero no teníamos la expectativa de llegar a la final. Creo que el carro fue un amuleto», consideró Henry, que busca entradas para la final de mañana.
Vaya o no al Maracaná, este hincha viajero apuesta por un ‘Maracanazo’, aunque sea en la tanda de penaltis. «Con un 1-0 o unos penaltis, ganarle por penaltis a Brasil acá. Si lo hacemos lo vendemos y nos venimos andando», bromeó este hincha peruano, cuyo carro, denominado cariñosamente ‘Concho’, está en el mecánico.
Mientras los pupilos del argentino Ricardo Gareca ultiman la táctica para enfrentarse a Brasil a puertas cerradas en el estadio del Botafogo, un enorme cuerno suena potente en la entrada del estadio: es el ‘shofar’ de David Chauca, conocido en Perú como el ‘Hincha Israelita’.
Con una llamativa túnica roja ceñida con un paño blanco, pelo largo y su curioso instrumento de viento, no perteneciente a la cultura inca sino a la israelita, este particular seguidor, perteneciente a un grupo religioso peruano que se vincula a los antiguos israelitas, acompañó a Perú al Mundial y repitió en la Copa América.
«Mi fe la deposité en la selección. Después de mucho tiempo de mi selección sin ir al Mundial, hemos ayunado, hecho ofrenda, vigilia, para que la selección rompa ese maleficio. Se logró estar en Rusia, y ahora hemos logrado estar en la final de Copa América», explicó este aficionado a EFE.
Sao Paulo, Río, Salvador, Porto Alegre y de nuevo Río, escucharon el potente sonido del ‘shofar’ de este aficionado, cuyo sonido asegura que llama al «arrependimiento, la reflexión y a ahuyentar los malos espíritus». «Por eso lo toco en los estadios», afirma.
Ante la final, el ‘Hincha Israelita’ espera que Perú encuentre «un partido justo» como los tuvo en los cuartos ante Uruguay (0-0 y 4-5 en los penaltis) y Chile (0-3), para el que, como durante toda la conversación, tiene una referencia religiosa.
«Brasil es un gran país, con buenos jugadores, si David tumbó a Goliat, podemos ganar a Brasil», aseguró este aficionado, que concentra todas sus energías, como los más de 30 millones de habitantes del Perú, en un nuevo ‘Maracanazo’ que les dé su tercera Copa América, 44 años después del título de 1975.