La hidroterapia puede beneficiar a los niños autistas, afirman expertos
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La hidroterapia consiste en el uso del agua con fines terapéuticos de forma térmica, mecánica o química. Esta modalidad sirve para los tratamientos de varias enfermedades, lesiones y trastornos.
Diego Garrido, docente de educación especial, psicopedagogo y especialista en hidroterapia, explica que, en el caso del autismo, este método acuático en niños con esta alteración neurobiológica consiste en el uso del agua y sus propiedades como la resistencia y la temperatura como medio terapéutico y de aprendizaje, a través del juego y de protocolos individuales de ejercicios para trabajar la parte motora social, conductual y cognitiva.
“La hidroterapia cognitiva se puede aplicar en niños mayores de seis años en adelante si no tienen contraindicaciones médicas. Cada vez es más recomendada por equipos multidisciplinarios para trabajar el autismo y sus características puesto que está estudiada la buena relación y los beneficios que el agua aporta al autismo”, apuntó.
Aplicación de la hidroterapia
Garrido comenta que desde hace nueve años decidió fusionar la psicopedagogía con la hidroterapia, y desde entonces, atiende a niños dentro del espectro autista y con otras condiciones. El docente de educación especial detalla acerca de este trastorno.
“El autismo consiste en una alteración neurobiológica que afecta la comunicación e interacción social, provocando alteración en el lenguaje, la imaginación, el juego y el desarrollo de actividades e intereses. Algunas características son el poco o nulo contacto visual, movimientos estereotipados, juegos e intereses restringidos, socialización, coordinación, tono muscular entre otras”, dijo.
Detección
El diagnóstico de los trastornos del espectro autista (TEA) puede ser difícil de hacer debido a que no existen pruebas médicas, como un análisis de sangre para diagnosticarlos. Es por ello que los médicos observan el comportamiento y el desarrollo del niño, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Los CDC refieren que, a veces, los TEA pueden detectarse a los 18 meses de edad o incluso antes. A los dos años de edad, el diagnóstico realizado por un profesional con experiencia puede considerarse muy confiable. Sin embargo, muchos niños no reciben un diagnóstico final hasta que son mucho más grandes. Este retraso significa que hay niños con TEA que podrían no obtener la ayuda temprana que necesitan.
Dato
No se conocen todas las causas de los TEA. No obstante, puede haber muchos factores ambientales, biológicos y genéticos. Los trastornos del espectro autista ocurren en todos los grupos raciales, étnicos y socioeconómicos, pero es 4.5 veces más frecuente en los niños que en las niñas.
Con información de 2001