La generación dorada del fútbol chileno nació de una derrota - 800Noticias
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EFE

Todo empezó con una derrota. Fue un amistoso contra Alemania en Stuttgart, el 12 de marzo de 2014. Chile perdió por 1-0, pero La Roja aprendió una lección imborrable, que podía ganarle a cualquiera.

«Fuimos a jugar a Sttutgart y demostramos que somos una selección que quería ganar cosas importantes, una selección chilena distinta. Siempre miro ese partido, porque es una enseñanza. Nos ayudó a crecer como equipo», dijo Arturo Vidal antes de enfrentarse a Alemania en la primera fase de la Copa Confederaciones.

Hace tres años La Roja desarboló durante una primera parte espectacular a la que varios meses después se convertiría en campeona mundial en Brasil.

Ese día Vargas remató al larguero, un cabezazo de Vidal fue despejado sobre la línea de gol y los futbolistas chilenos desaprovecharon numerosas ocasiones de gol.

Una de las imágenes del partido fue la desesperación en el banquillo de Joachim Löw, cuyo equipo aplastaría a Brasil 7-1 en las semifinales de la Copa Mundial.

Chile mereció ganar y perdió, pero nunca una derrota fue tan dulce, ya que a partir de entonces arrancó la edad de oro del fútbol nacional con la presión en toda la cancha como signo de identidad.

Dos perros de presa en la defensa, Medel y Jara; un pulmón en el centro, Vidal; dos puñales en las bandas, Isla y Beausejour, y un genio en la delantera, Alexis Sánchez.

A Vidal le gusta mirar de vez en cuando ese vídeo, ya que le recuerda en los peores momentos que La Roja es un equipo ganador.

En los octavos de final del pasado Mundial, Brasil frenó el ímpetu de Chile, que había derrotado con claridad a la campeona, España, pero desde entonces La Roja es casi imbatible.

En el partido de la primera fase contra Alemania se repitió la misma historia, ya que los pupilos de Juan Antonio Pizzi acorralaron en los primeros 45 minutos a la máquina germana en su cancha, aunque la «mannschaft» acabó empatando (1-1).

Alexis marcó, pero los chilenos merecieron irse al descanso con dos goles de diferencia, aunque les faltó acierto de cara a la portería, la cruz que persigue al equipo desde hace varios meses.

Löw está avisado, pero es improbable que Chile cambie de forme de jugar aunque enfrente esté la máquina alemana, ya que el estilo es innegociable, según las palabras de Pizzi.

El técnico portugués, Fernando Santos, dijo tras ser eliminado por Chile en las semifinales que el equipo latinoamericano también había anulado a Alemania, pero que ellos no se habían encerrado en su campo como la campeona mundial.

Es posible que Alemania presione el domingo más arriba, pero Chile es consciente de que derrotar a la campeona mundial en San Petersburgo sería un nuevo hito para esta generación, que aún aspira a hacer historia en Rusia 2018.

Dicen que la victoria tiene muchos padres y la derrota es huérfana, pero casi todos, de futbolistas a aficionados y periodistas, coinciden en que todo empezó con el argentino Marcelo Bielsa, aunque Chile con el argentino no ganó ningún título, según recordó el propio Vidal.

Sampaoli, actual seleccionador argentino, recogió los frutos del trabajo de su compatriota y condujo al equipo a su primera Copa América en 2015.

Pizzi, que ganó la Copa Bicentenario en 2016 celebrada en EEUU, es digno heredero de ambos, ya que ha respetado los principios acuñados a sangre y fuego por Bielsa, al tiempo que ha introducido algunos retoques.

En Stuttgart empezó todo y contra Alemania Chile debe demostrar el domingo en San Petersburgo que no sólo es la doble campeona de América, sino que es un equipo de talla mundial.

Messi por dos veces y recientemente Cristiano ya comprobaron en sus propias carnes que Chile no tiene miedo a nadie.

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