La fiesta de San Fermín, por María García de Fleury - 800Noticias
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San Fermín nació hacia el siglo III, era el hijo mayor del jefe máximo romano de Pamplona, España, llamado Firmo. Años después de su nacimiento llegó a la zona el predicador Honesto, que era un discípulo de saturnino que vivía en Toulouse, Francia. Estaban dispuestos a evangelizar esa región en la cual todavía se veneraban a los doce romanos.

Saturnino también decidió trasladarse a Pamplona donde convirtió en masa a todo el pueblo al cristianismo incluyendo a Fermín. Convencido de haber hecho lo correcto al abandonar a los dioses paganos, Firmo entregó a su primogénito Fermín para que lo formaran en la doctrina cristiana, cuando Saturnino lo considero apto lo envió a Toulouse, Francia, para que el obispo Honorato, sucesor de Saturnino lo ordenara sacerdote y se formara como obispo.

Ya como obispo, Fermín volvió a Pamplona para liberar al pueblo trabajador de sus supersticiones y encausarlo al cristianismo. Poco se sabe con certeza de la vida de San Fermín, lo que sí se sabe es que fue un gran divulgador del cristianismo y que es copatrón de Navarra junto con San Francisco Javier.

San Fermín estuvo en Amiens, Francia donde acabo sufriendo el martirio en manos del gobernador de la provincia, que estaba azuzado por la persecución religiosa contra los cristianos que había decretado el emperador Diocleciano.

El gobernador mandó a que apresaran a Fermín por sus predicas hacia el cristianismo y mando a que lo decapitaran silenciosamente por la noche y que escondieran su cuerpo para que no lo encontraran los cristianos y así no le tributaran honores, esto porque Fermín era muy querido entre todos.

A pesar de esto, Fermín se les ha convertido en uno de los santos más conocidos que hay, pues cada 7 de julio se realizan las conocidas corridas de San Fermín en toda España, aunque en su vida ni los toros ni la fiesta brava tuvieron ninguna presencia, pero esta fiesta nació por la necesidad de trasladar a los toros desde las afueras de la ciudad hacia la plaza de toros. La razón del éxito y la tradición de generaciones se debe, según los antropólogos y estudiosos de la historia, a la atracción que el riesgo tiene.

San Fermín es el patrono de estas fiestas y precisamente para recordar su decapitación los corredores de los Sanfermines se anudan un pañuelo rojo al cuello.

Esta fiesta de las corridas de San Fermín sirvió de inspiración al célebre escritor Hemingway, quien ganó el premio Pulitzer con su novela fiesta donde habla del espectáculo taurino en la fiesta de los Sanfermines.

La fiesta de San Fermín atrae a miles de personas todos los años, y minutos antes de comenzar con el encierro de los toros, le cantan y le rezan emocionados a su patrón San Fermín pidiéndole su bendición ante Dios porque saben todos que con Dios ¡siempre ganamos!