La fiesta de la Divina Pastora, por María García de Fleury
Por: María García de Fleury
La devoción y el culto de la Divina Pastora para las provincias capuchinas de España fueron aprobadas por su santidad el papa Pío VI, el día 1 de agosto de 1795, y señalaban para el rezo y la fiesta de la nueva advocación, la fiesta del segundo domingo después de pascua.
Los capuchinos en sus misiones populares siempre han sido unos grandes entusiastas propagadores de la devoción a su ilustre patrona. A Venezuela vinieron muchos capuchinos en la primera etapa de su historia y la historia de la divina pastora comienza en Venezuela en 1736 cuando los frailes capuchinos llegan al estado Lara.
El párroco capuchino de la iglesia de Santa Rosa le había encargado a un escultor la imagen de la inmaculada concepción, pero sorpresivamente llegó la escultura de la Divina Pastora a Santa Rosa y el párroco quiso devolverla, pero fue imposible, la escultura se hizo excesivamente pesada y sin poder levantarla decidieron dejarla en el lugar. Debido a este hecho, la población dedujo que la virgen quería permanecer en su pueblo.
Durante los sucesos del terremoto de 1812, el templo donde se veneraba a la Divina Pastora se destruyó, pero su imagen quedó milagrosamente intacta; este hecho reforzó por completo la creencia de los fieles.
En 1855 ocurrió un milagro que consolidó a la Divina Pastora como la patrona sentimental del estado Lara, ese año se propagó una epidemia de cólera en todo el país, cientos de personas sufrieron las consecuencias del cólera y las víctimas desesperadas le pedían a la Divina Pastora que los salvara.
Al complicarse la situación, un sacerdote de la concepción que se llamaba padre José Macario Yépez celebró una misa y en la homilía emocionado y con voz fuerte le pidió a la Virgen: ¡acaba con este virus!, que yo sea la última persona en sufrir esta enfermedad. Muchos dicen que ese mismo día el padre Macario Yépez murió y la enfermedad abandonó la ciudad.
En memoria a este milagro, todos los 14 de enero la Divina Pastora recorre las calles de Barquisimeto saliendo de la iglesia de Santa Rosa y realizando paradas en varios sitios emblemáticos hasta llegar a la Catedral de Barquisimeto.
Luego en otro año, en 1892 en el lugar de Mocotí, el General Ferrer se enfrentó a las tropas realistas, y cuando estaba a punto de perder imploró ayuda a la Divina Pastora ayuda, pocos minutos después los soldados de los dos ejércitos vieron pasearse por los cielos a la imagen de la Divina Pastora y asombrado el ejército enemigo detuvo su ataque y se retiraron inesperadamente.
Los patriotas, ante el hecho milagroso que acababan de presenciar, se pusieron de rodillas a alabar a la madre de Dios y mandaron a celebrar una misa cantada en su honor, todo el ejército asistió a esa misa vestidos de gala junto con el pueblo.
Amigos, no hay fe cristiana sin antes o después encontrarse con la virgen. En Venezuela, mientras mantengamos en alto la devoción a la Virgen y la adoración a la eucaristía, estaremos en el camino de la verdad, la unidad, la paz, el entendimiento, porque la verdad es Dios y con Dios ¡siempre ganamos!