La esperanza, por María García de Fleury - 800Noticias
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Religión

María García de Fleury

La esperanza es una virtud diaria, tierna y hermosa, discreta pero con una fuerza poderosa para el bien. Capaz de aumentar considerablemente nuestra capacidad para ser buenos,  para ser felices y permitirnos soñar en una vida cada vez mejor.

La esperanza es una virtud para todas las temporadas y todas las adversidades,  ya sea el problema una tormenta o vivamos en un clima sumamente agradable. Lo opuesto a la esperanza es la desesperación,  que viene cuando nos sentimos impotentes para influir en los acontecimientos  y cuando desaparece de nuestra vida lo que le ha significado.

La desesperación y la depresión,  es un tipo de desorientación tan profunda que perdemos contacto con la fuente de la vida misma. Hace poco,  vi que una piedra había caído aplastando a una mata de margarita, pero parte de la flor empezó a salir debajo de la piedra.

Durante las semanas siguientes,  esa flor usó su energía para crecer de lado,  alrededor de la piedra,  empujando sus pequeños brotes hacia el aire y el sol, floreciendo con su hermoso color.  Cuando quité la piedra,  el tallo de la matica de margarita estaba algo estropeado pero la flor era bella y radiante y la matica continuó creciendo y floreciendo.

Esa matica eligió vivir,  experimentó la adversidad pero escogió la vida,  quedó deforme pero decidió vivir y pudo seguir dando flores por mucho tiempo más. La fuente de la esperanza son las fuentes de la vida misma,  es por eso que la esperanza persiste aún cuando la experiencia,  la razón y el conocimiento indiquen que no hay razón para tener esperanza.

La esperanza no calcula las probabilidades,  porque es una virtud de dos caras y está preparada tanto para un clima agradable como para un clima adverso. Escoger la esperanza es escoger la vida,  escoger la esperanza es escoger el amor.

En el libro del Deuteronomio en el capítulo 30,  versículo 19 dice que después de darle a los antiguos israelitas las leyes y los mandamientos,  el Señor les dijo;  «que los cielos y la tierra recuerde, te puse delante a escoger la vida o la muerte,  la bendición o la maldición. Escoge pues la vida para que vivas tú y tu descendencia. Ama a Dios, escucha su voz,  uniéndote a él para que vivas y se prolonguen tus días mientras habitas en la tierra».

La esperanza en una de las tres grandes virtudes cristianas,  porque Dios mismo es el dueño de la vida y por lo tanto el dueño de la esperanza. Somos libres para escoger,  porque desde el principio Dios quiso que fuéramos libres y él respeta nuestro libre albedrío y nuestro derecho y capacidad para escoger. Lo que él ofrece es la vida y la vida ofrece la esperanza.

Haz como esa flor que eligió vivir,  experimentó la adversidad pero escogió la vida e hizo florear de su tallo una flor bellísima porque recurrió a la fuente de la esperanza. La fuente de la esperanza para ti y para mí es Dios y con Dios siempre ganamos.