La diferencia entre adorar y venerar por María García de Fleury - 800Noticias
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Religión

Por María García de Fleury

Hay una gran diferencia entre adoración y veneración, los católicos veneramos a la madre de Dios y estamos invitados a imitar sus virtudes. A la madre de Dios a la virgen María no se le adora, solamente se adora a Dios. La veneración se dirige a lo que representa y tiene como propósito final a Dios. A San José y la virgen María como padres de Jesús, siempre se les ha venerado de una forma más especial que a los santos y a los ángeles.

Venerar no puede ser confundido con la idolatría, la idolatría está condenada por los mandamientos y por la iglesia. A la virgen, a San José, a los santos los veneramos, porque ellos han destacado en su servicio, amor y entrega a Dios. Cuando veneramos a quien sirven a Dios y a quienes están a su lado, estamos glorificando a Dios. Tenerle devoción a los santos y a la madre de Dios, es expresar un sentimiento. La devoción a la virgen María va más allá, supera las barreras y los límites de cualquier relación humana y expreso sentimiento de amor profundo, incondicional hacia Dios. El eje, el centro de la relación de cada persona con Dios padre creador, que es el origen y el propósito de nuestra existencia, se expresa en la adoración a Dios. Ello, implica orar, rezar, alabar, dar un homenaje a Dios. La adoración es solo para Dios, tal como lo dice el salmo 29. Den al señor la gloria de su nombre, adoren al señor en la majestad de la santidad. Se adora solamente a Dios, porque reconocemos su superioridad y su grandeza, es tan importante el acto de adorar que

Es tan importante el acto de adorar que cuando Satanás tentó a Jesús en el desierto le ofreció todo el poder del mundo, si se arrodillaba un momento y lo adoraba y Jesús, le respondió: «Apártate Satanás», porque está escrito, al señor tu Dios adorarás y solamente a él le darás culto. Adorar a Dios es buscarlo y encontrarlo dentro de nosotros mismos en nuestro corazón es mucho más que cumplir con ir a misa los domingos y rezar. Amigos, nada ni nadie es digno de adoración, solamente Dios, por eso la virgen María, San José, a los santos, los ángeles, los arcángeles, solamente les rendimos veneración.

Los católicos adoramos solamente a Dios, no adoramos imágenes ni estatuas, veneramos lo que ellas representan, es igual que el caso de tener la foto del papá o la mamá o de los hijos y cargar con esa foto en la cartera o en un marco de fotografía, en la casa nosotros no amamos la foto, sino quienes se encuentran en ellas del mismo modo los católicos amamos a la virgen María. Independientemente de que esté en una imagen o en una pintura, el culto a la virgen María está basado en las palabras proféticas, todas las generaciones me llamarán bienaventurado porque ha hecho en mí maravillas el poderoso, ella será llamada bienaventurada no porque su naturaleza sea divina, sino por las maravillas que Dios padre todopoderoso ha hecho en ella, María nunca busca reducir la gloria de su propio hijo, sino todo lo contrario, adorar el grado máximo de alabanza venerar es solamente mostrar el máximo respeto posible por alguien reconociendo sus virtudes y admirando sus capacidades sin llegar a adorarlo. Veneremos a la madre de Dios, porque Dios quiso tener una mamá y él sabe más que nosotros, porque es Dios y con Dios siempre ganamos.

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