La Cruz Trinitaria, por María García de Fleury
Por: María García de Fleury
Los cristianos todos los días nos hacemos la señal de la cruz, qué consiste en trazarnos con la mano una cruz de la frente al pecho y del hombro izquierdo al hombro derecho mientras decimos «En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo».
En este gesto integramos un signo que se refiere a Cristo, signo cristológico, la cruz, y unas palabras con las cuales confesamos nuestra fe en Dios como la Santísima Trinidad. En los escritos del Evangelio de San Juan se habla repetidamente del amor de Dios con su vida trinitaria, tres personas en un solo Dios.
La cruz trinitaria de la cual habla y explica monseñor Ovidio Pérez Morales en su libro «La Cruz trinitaria» se trata de la cruz dentro de un triángulo equilátero para recordar al Dios Uno y Trino, Padre Hijo y Espíritu Santo y expresar la fe en la Santísima Trinidad. El triángulo equilátero se utilizaba antes del Concilio Vaticano II y resulta fundamental para expresar la fe en el Dios revelado por Jesucristo, que es Uno y Trino.
El número tres tiene numerosas concepciones sistemáticas de ordenación, tres virtudes teologales, fe esperanza y caridad, la triada amor, sabiduría y verdad, lo dicho por Jesús que es el camino la verdad y la vida. En la tradición de los judíos el triángulo equilátero simboliza a Dios, cuyo nombre no puede ser pronunciado, el sello de Salomón y el escudo de David están compuestos por estos dos triángulos montados uno sobre el otro en forma de hexágono estrellado, representando la sabiduría humana, la expansión de la conciencia en el mundo manifestado.
El triangulo es la clave de la geometría y está en la base la Sección Aurea, el número de Dios llamado también proporción divina. El número 3 es universalmente fundamental, expresa el orden espiritual de Dios en el cosmos y en el hombre, sintetiza la Trinidad de ser como producto de la Unidad del cielo y de la tierra, la suma del 1 y del 2.
La cruz trinitaria simboliza el misterio central de nuestra fe, Trinidad cristológica, fe expuesta ya por San Pedro en su primer discurso en Pentecostés en el capítulo 2 de los Hechos de los Apóstoles; este símbolo manifiesta por tanto el contenido fundamental del kerigma, o sea, el anuncio primero y nuclear. La primera carta de Juan dice: «Dios es amor, Trinidad, comunión, compartir interpersonal, familia, encuentro y ha manifestado su amor hacia nosotros enviándonos a su hijo».
Cristo se revela y comunica como Dios comunión, el misterio realidad de Cristo que es Jesús de Nazaret , Hijo de Dios, se encuadra tiene su raíz y explica en el de la Trinidad, Dios uno y trino, es raíz y fuente, sentido y finalidad de toda verdadera comunión, Cristo es el gran signo y el instrumento, el sacramento del designio amoroso unificante de la trinidad sobre toda la humanidad, del cual la Iglesia es también porque está asumida por Cristo como Cuerpo Místico suyo que es sacramento de comunión.
La tarea de la iglesia de evangelización consiste en proclamar celebrar y actuar en el mundo el plan salvador unificante la Trinidad, reflexionar sobre los beneficios que puede derivarse del empleo de la Cruz trinitaria para la vida cristiana y la hora evangelizadora es meditar acerca del misterio de Dios y con Dios ¡siempre ganamos!
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