Jueves Santo, por María García de Fleury
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Salvo por el Domingo de Resurrección que se llama también domingo de Pascua, el jueves Santo es uno de los días más importantes, complejos y profundos de la Iglesia Católica. El jueves Santo celebra la institución de la eucaristía como verdadero cuerpo y sangre de nuestro Señor Jesucristo y la institución del sacramento del sacerdocio.
Durante la última cena, Jesús se ofreció a si mismo como el sacrificio de la Pascua, el cordero del sacrificio y enseña que todo sacerdote ordenado debe seguir el mismo sacrificio, exactamente de la misma manera. Jesús se despidió de sus seguidores y les dio el mandamiento del amor, ámense unos a otros como yo los he amado. En todo el mundo obispos y sacerdotes se reúnen en sus catedrales locales el jueves Santo por la mañana para celebrar la institución del sacerdocio, durante la misa el obispo bendice el óleo crismal que se utilizará para el bautismo, la confirmación y la unción de los enfermos o moribundo.
En la tarea del jueves, porque la Pascua comenzaba al atardecer, se lleva a cabo la liturgia del jueves Santo. Está comienza con el lavado delos pies por parte del sacerdote a 12 personas, imitando lo que Jesús hizo con los 12 apóstoles, enfatizando la importancia que Jesús le da a la humildad de sacrificios y la necesidad de la limpieza con agua, símbolo del bautismo.
El punto central es la consagración, cuando Jesús transforma el pan en su cuerpo y el vino en su sangre y les da la orden, hagan esto en memoria mía, este es el punto central de la fe de los cristianos, la presencia viva de Jesús en la eucaristía, en la hostia consagrada. Después del jueves Santo no se volviera a celebrar misa en la iglesia hasta que la vigilia pascual célebre y proclame la resurrección del señor Jesucristo. Al final de la misa del jueves santo se invita a los fieles a continuar con la adoración al santísimo sacramento durante toda la noche, tal como Jesús invito a los discípulos a quedarse despiertos con el durante su agonía en el jardín antes de su traición por parte de Judas.
Existe la tradición bien sea el jueves Santo o el viernes Santo en la mañana, de visitar siete iglesias que corresponden a cada uno de los siete lugares o estaciones que Jesús hizo entre el lugar donde celebró la última cena y su crucifixión en la cruz. Estas 7 estaciones fueron: Jesús en el huerto de Getsemaní, Jesús atado y llevado ante Anas, Jesús llevado ante el sumo sacerdote Caifás, Jesús llevado ante Pilatos, Jesús llevado ante Herodes, Jesús llevado ante Pilatos de nuevo y Jesús entregado a la corona de espinas y conducido a la crucifixión.
La visita de las siete iglesias es una forma poderosa de pasar tiempo en adoración meditando en el sacrificio de amor de Cristo por la salvación de las almas en preparación para la alegría de la Pascua. Hay algo especial en visitar iglesia no es solo por la oportunidad de visitar otras parroquias sino por buscar intencionalmente a Cristo en pasar tiempo con él y contemplar el donde su amor, convencido de que con Dios siempre ganamos.