Jueves Santo: Día de Eucaristía y del Sacerdote, por María García Fleury - 800Noticias
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Religión

Por María García de Fleury

El jueves Santo se divide en dos partes, en la mañana se celebra la misa crismal y en la tarde la misma de la última cena donde se instituyeron, los sacramentos de la eucaristía y el orden sacerdotal. En la misa crismal de la mañana del jueves santo, los sacerdotes son invitados a celebrar la eucaristía con sus obispos y a renovar la promesa de los compromisos sacerdotales que hicieron el día de su ordenación al servicio de cristo y de la iglesia, se llama misa crismal, porque incluye la bendición de los santos olios, que servirán a lo largo del año para impartir los sacramentos de la confirmación y la ordenación sacerdotal.

Por la tarde de celebran los oficios de Jueves Santo, recordando que Jesús se reunió con los 12 apóstoles para despedirse de ellos, antes de su muerte. Estos oficios, rememoran el lavatorio de píes, un gesto que para la iglesia es un símbolo de entrega a los demás. Ese día también, Jesús dio el mandamiento del amor: «Ámense los unos a los otros como yo los he amado, este es el mandamiento de la caridad. Durante la última cena, Jesús instituyó la eucaristía, 1 de los 7 sacramentos de la iglesia, este hecho se produjo cuando Jesús tomo el pan, lo partió y repartió entre los apóstoles diciendo: «Tomen y coman todos de el porque este es mi cuerpo que será entregado por ustedes», a continuación tomo un caliz lleno de vino y dijo: «Tomen y beban todos de el, porque este es el Cáliz de mi sangre, sangre de alianza nueva y eterna que será derramada por ustedes y por muchos para el perdón de los pecados» y terminó diciendo hagan esto en conmemoración mía».

La frase es representada por la iglesia como la institución del orden sacerdotal, por esto es que cada jueves santo se celebra el día del sacerdote. El sacerdote se encarga de ayudar a los demás y de enseñar la palabra de Dios. Eucaristia y sacerdocio suceden al mismo tiempo. Jueves Santo es un día muy importante para pedirle a Dios por las vocaciones sacerdotales y para que santifique a los que ha llamado a ser sacerdote. Necesitamos vocaciones sacerdotales, que celebren el sacramento de la eucaristía, renovando la gracia de la redención que cristo obtuvo en su crucifixión y muerte. Amigos, vivamos la eucaristía como un momento de unión y como un adelanto del cielo, porque con Dios, siempre ganamos.

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