José Gregorio Hernández respondió al llamado de Dios, por María García de Fleury - 800Noticias
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Religión

Por: María García de Fleury

El 29 de junio se cumplió un año más del accidente automovilístico que acabó con la vida de José Gregorio Hernández. José Gregorio supo responder a la pregunta acerca del misterio de la vida que toda persona se hace, esto lo logró gracias a la educación que recibió en su casa y en sus primeros años de vida, en ese tiempo aprendió las verdades acerca de Dios y cómo funciona la naturaleza, eso le permitió responder a las preguntas fundamentales acerca del origen y el sentido de la vida, pasando por la búsqueda de los por qué de la vida, por eso,  José Gregorio sentía la necesidad de verificar e investigar para poder encontrar respuestas adecuadas.

Como profesor animaba a los jóvenes a huir de lo obvio y lo superficial y sobretodo en el ámbito de las opciones de vida, de la familia, del amor humano, usaba una metodología de estudio y búsqueda que los acostumbraba a reflexionar y a discernir.

José Gregorio consideraba que a los jóvenes si se les podía cultivar la interioridad como un lugar donde ponerse a la escucha de la voz de Dios, donde cultivar el sentido de lo sagrado, decidir vivir los valores y principios dados en el evangelio, madurar el reconocimiento de las propias limitaciones y del pecado así como experimentar una creciente responsabilidad hacia todo ser humano, estaba consciente de que, cuando el plan original de Dios para la familia se oscurece en las conciencias, la sociedad recibe un daño incalculable, pero cuando las familias reflejan el proyecto de Dios, se transforman en un laboratorio de amor, y de auténtica solidaridad.

José Gregorio aprovecho cada posibilidad de contacto con su propia familia y con las familias de sus pacientes para convertirla en una ocasión propicia de profundización con ellos en temas relativos a la vida, al amor humano, a la naturaleza de las familias y para dar razón de la fe católica.

José Gregorio trataba de ver más allá de la sociedad en que vivía, como hombre de esperanza sabía que tenía necesidad de insertarse en el mundo, pero también romper con el mundo en determinados momentos para tener tiempo de reflexionar y meditar.

Su modo de plantear la existencia estuvo cimentado en la respuesta generosa a la llamada de Dios, es una invitación a todos los educadores, médicos, profesionales en general a orientar su existencia como una respuesta a Dios partiendo de la realidad propia.

El perfil de una persona entregada a los demás como José Gregorio hace aflorar con claridad el compromiso profesional a la naturaleza y a la propia vida, esto requiere que cada persona desarrolle interés y amor en prepararse personalmente cada vez mejor tal como lo hacía José Gregorio constantemente, a través del estudio diario, de la lectura de revistas y publicaciones científicas de actualidad junto con una preparación espiritual que lo llevaba a una conversión cristiana permanente, haciendo de Jesús su camino, verdad y vida.

Es una elección de vida difícil pero no imposible; José Gregorio aceptó esta elección alejado de la comodidad pero que le permitió aceptar los desafíos del momento presente y superarse personalmente para cumplir la misión de Dios, porque él sabía que con Dios ¡siempre ganamos!