José Gregorio Hernández: profesor, músico y escritor - 800Noticias
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A José Gregorio Hernández se le conoce como médico y su trabajo tan brillante al respecto, pero su faceta de maestro fue una de las más notables de su personalidad de acuerdo a lo que dijo el cardenal Humberto Quintero.

A los 27 años era profesor en la universidad, y como venía de hacer un posgrado en Europa y de traer los instrumentos médicos más modernos del momento, se convirtió hasta en profesor de sus profesores. Rompió con la tradición del dictado en clases, preparaba sus clases teóricas y las complementaba con clases prácticas, así los alumnos ponían de una vez en práctica lo que acababan de aprender teóricamente.

Su lenguaje era de altura y a la ves sencillo a tal punto que alumnos de otras facultades de derecho, de ingeniería, pedían permiso para entrar en sus clases y se iban muy contentos porque habían entendido.

José Gregorio fue durante 30 años profesor de la universidad, era estricto en sus horarios, comenzaba y culminaba sus clases en punto, a la hora, se interesaba por todos sus alumnos y estaba siempre dispuesto fuera de clases a explicarle a quien tuviera dudas o no hubiera entendido.

Buscó lograr el crecimiento integral de los jóvenes comunicando la convicción de que no puede haber una auténtica libertad humana si no hay una conversión del corazón. Se mantenía en constante estudio para poder tener sus clases al día con los avances más nuevos, era un lector incansable, un estudioso consuetudinario.

El gusto de José Gregorio por el arte se destacó siempre, de joven estudiante aprendió a tocar piano y disfrutaba del piano con sus amigos. Trabajando en París se compró un violín y lo tocaba con gran entusiasmo.

Un día, José Gregorio tocaba el alma llanera en su casa y pasó por allí don Pedro Elías Gutiérrez, se quedó escuchando la interpretación del lado de afuera de la casa y al finalizar la pieza tocó la puerta y solicitó ver a la persona que también tocaba, le salió José Gregorio y Don Pedro Elías lo felicitó por su excelente ejecución, a lo cual respondió el doctor Hernández: “Esta era la obra del gran compositor Don Pedro Elías Gutiérrez, y por eso se oía tan bien”. Don Pedro Elías le respondió “Yo puedo apreciar lo bien que usted la tocó, porque yo soy Pedro Elías Gutiérrez”. Dicen que sí fue como se conocieron estos dos grandes venezolanos.

Le gustaba bailar y lo hacía muy bien, en sus ratos libres se dedicó a pintar y de él tenemos la pintura de un Sagrado Corazón de Jesús y de un Inmaculado Corazón de María. Su labor como médico, profesor, su gusto por la música, el arte, el escribir libros científicos, todo giró en torno a darle conocimientos, principios y valores de una forma integral a todos los que lo conocían.

Él quiso siempre que la verdad de Dios saliera siempre a flote porque él sabía que con Dios ¡siempre ganamos!