José Gregorio Hernández es admirado por todos, por María García de Fleury
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El desequilibrio que se vive en la actualidad entre el desarrollo tecnológico, el desarrollo científico y la crisis de valores espirituales, está generando una serie de problemas incontable de problemas sociales, políticos, de paz y de entendimiento entre las personas y las naciones.
José Gregorio Hernández entendió que el hombre es un ser creado a imagen y semejanza de Dios y todos los descubrimiento, todos los cambios científicos, políticos, económicos y técnicos tienen que estar al servicio de ese el centro de la creación qué es la persona humana. La vida de José Gregorio Hernández demuestra que cuando la persona usa su inteligencia para descubrir nuevas tecnologías está haciendo aquello para lo que Dios lo ha dotado y mandado.
José Gregorio fue un cristiano que por la fe sembrada por sus padres desde muy pequeño y alimentada por el a través de la oración, la misa diaria, el rezo diario del Rosario, la meditación y las visitas a Jesús Sacramentado llegó al conocimiento de la realidad del Dios, uno y trino.
Se destacó por la virtud de la fortaleza, siempre estuvo dispuesto a sacrificarse por enseñar, vivir e implantar la justicia. Escribió cuentos para enviar mensajes y enseñanzas de moral, escribió sobre sus descubrimientos médicos, en sus ratos libre pintaba y de él quedó una pintura de Sagrado Corazón de Jesús y una del Inmaculado Corazón de María.
Tocaba piano y disfrutaba bailando, José Gregorio fue un hombre comedido, nunca permitió que la ambición ni el afán de placer actuarán en él de forma desordenada ni antinatural. Fue prudente en todos los aspectos de su vida, no dejó que nada ni nadie enturbiara si visión de la realidad, siempre se esforzó para que sus decisiones se basarán en la verdad de las cosas.
José Gregorio tenía una gran esperanza de la plenitud definitiva de su ser en la vida eterna, por eso se orientó hacia la virtud teologal de la caridad, hacia Dios, hacia el amor al prójimo con una aceptación que sobrepasa toda fuerza de amor natural, por eso lo llamamos un cristiano justo, porque vivió en la verdad con el prójimo, se hizo miembro entre los miembros de la Iglesia, se hizo miembro con el pueblo, se hizo miembro de la comunidad, se hizo amigo de todos.
En toda la vida de José Gregorio se refleja la moral de la teología católica de siempre, como exposición de la idea del hombre es esencialmente una doctrina de las virtudes. Él interpretaba las palabras de las escrituras acerca de la perfección mediante la imagen de la fe, la esperanza y la caridad junto a las cuatro virtudes cardinales. Las virtudes cardinales son esas virtudes principales y fundamentales de las cuales salen todas las demás virtudes: la prudencia, la justicia, la fortaleza y la templanza.
Amigos, José Gregorio es un laico científico que ha sido beatificado, un investigador científico que buscaba la verdad detrás de cada cosa y la encontraba, es un modelo de vida; más que un estudioso o científico, fue alguien que unificó la ciencia con la fe, un católico que estudió la Biblia profundamente, la respetó, utilizó numerosos ejemplos bíblicos y en la Biblia encontró la verdad. Este excelente, médico, profesor , científico admirado y querido por todos, amigo de todos y sobre todo amigo de Dios, siempre vivió convencido de que con Dios ¡siempre ganamos!
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