Jornada Mundial de la Misiones, por María García de Fleury - 800Noticias
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Religión

Por: María García de Fleury

El penúltimo domingo de octubre se celebra la jornada mundial de las misiones, conocida como el DOMUND; es un acrónimo de la expresión Domingo Mundial de las Misiones. es un día para tener presente más que nunca a los misioneros y las misioneras. Personas religiosas, laicas que desde su vocación dieron un si confiado a Dios de salir a llevar su palabra por el mundo entero.

La iglesia siempre ha hablado acerca de la importancia de las misiones, conscientes de que mientras Jesús estaba en La Tierra, eso fue lo que mandó a hacer y les dio a los discípulos el poder para ello diciéndoles, “en cualquier ciudad donde entren, curen a los enfermos, díganle: han llegado ustedes al reino de Dios”, y saliendo recorrían todos los pueblos evangelizando y curando en todas partes.

El tema de la evangelización plantea a la iglesia su razón de ser como sacramento, con una toma de conciencia responsable acerca de su misma naturaleza misionera, porque de ser signo portador y transparente de Cristo resucitado, presente, que es la iglesia vista como misterio, se pasa a vivir con intensidad la realidad de comunidad basada en el mandamiento del amor, guiada por los sucesores de los apóstoles, que es lo que se llama la iglesia comunión.

Amigos, solo cuando se siente, se vive, se ama esta realidad es que se puede pasar a estar disponible para anunciar el evangelio a todos los hombres y mujeres de todas las edades, en todas las situaciones humanas, históricas y culturales concretas.

El Papa Pio XI nombró a Santa Teresita del niño Jesús como la patrona de las misiones junto con San Francisco Javier, dos santos que con su ejemplo de vida enseñaron lo que es ser misionero.

La iglesia ha dedicado el mes de octubre como el mes de las misiones, por eso establece la jornada mundial de las misiones que se basa en cinco grandes objetivos:

1.– Orar fervientemente a Dios para acelerar su reinado en el mundo.

2.- Dar a conocer y afianzar en todos los fieles el problema misionero.

3.- Estimular el fervor misionero de los sacerdotes y de los fieles.

4.- Dar a conocer la obra de la propagación de la fe.

5.- Solicitar ayudas económicas en favor de las misiones.

El testimonio de los misioneros es muy importante, porque ellos son testigos de la obra de Dios en los lugares donde trabajan y evangelizan, recordando esas palabras del evangelio que dicen “ay de mi si no evangelizo”, y “¿Cómo pueden saber si no hay quien les enseñe?”.

La iglesia misionera evangelizadora está allí, se encuentra en medio de un desafío de culturas, de miles de pensamientos y de situaciones humanas como nunca se ha encontrado en el pasado. Si estamos conscientes de que Jesús es el camino, la verdad y la vida, que vino para darnos vida en abundancia, tenemos que hacérselo saber a otros, por eso la invitación es a ayudar, apoyar con mucha fuerza, tanto con nuestras oraciones como personalmente como voluntarios misioneros y a contribuir económicamente en esta gran labor que realiza la iglesia a favor de todos.

El futuro de la iglesia y de la evangelización está en manos de los misioneros y evangelizadores, cuya vida irradia el fervor y la alegría de anunciar el Reino de Dios y de implantar la iglesia en el mundo, porque ellos viven la realidad de que, a pesar de todos los obstáculos, con Dios ¡siempre ganamos!