Johnson avisa a sus ministros que vienen «meses turbulentos»
EFE
El primer ministro británico, Boris Johnson, advirtió este martes de que se avecinan «meses turbulentos» al presidir la primera reunión física de su consejo de ministros desde marzo, si bien aseguró que esas dificultades no descarrilarán su ambicioso proyecto de transformación del Reino Unido.
Tras meses de citas telemáticas, Johnson se vio con su gabinete, respetando la distancia de seguridad, en una sala del ministerio de Asuntos Exteriores, cuando intentó insuflarles energía para afrontar «el enorme trabajo» que tienen por delante.
El líder conservador recordó que hace casi un año que encabeza su «radical y reformista» Ejecutivo -accedió al cargo el 24 de julio de 2019, en sustitución de Theresa May- e insistió en que las penurias por el coronavirus no le impedirán cumplir con sus promesas electorales.
Johnson ganó unas elecciones generales el pasado 12 de diciembre con una histórica mayoría absoluta, con la promesa de ejecutar el Brexit -lo que se hizo formalmente el 31 de enero- y regenerar económicamente las zonas del norte de Inglaterra, cuyos tradicionales votantes laboristas le apoyaron en las urnas.
Su gran objetivo de transformación del país tras la ruptura con la Unión Europea (UE) -con la que negocia, de momento sin éxito, un acuerdo comercial bilateral- ha quedado ensombrecido por la llegada de la COVID-19, que no solo ha absorbido la atención del Gobierno sino también sus recursos económicos.
El ministro de Economía, Rishi Sunak, anunció hoy un aumento de sueldo (de partidas presupuestarias ya existentes) para unos 900.000 funcionarios que han estado en primera línea de combate del virus, y efectúa una revisión de los presupuestos ministeriales hasta 2024 para adaptarse a los nuevos desafíos.
Pese a los pasos acelerados para reactivar la economía, el Reino Unido se mantiene como primer país de Europa y tercero del mundo más afectado por la pandemia, con 45.312 muertes confirmadas este lunes por el Gobierno, si bien otras estadísticas indican que el número real de decesos atribuibles al virus supera ya los 56.100.