Jesús de la Divina Misericordia, por María García de Fleury
800 Noticias | Maholy Meneses
El mensaje y la devoción de la Divina Misericordia es el movimiento base más grande en la historia de la Iglesia Católica. En 1925, Faustina Kowalska entró como postulante en la Casa Madre de la Congregación de las Hermanas de Nuestra Señora de la Misericordia.
Faustina narra en su diario que en 1931 Jesucristo le reveló su Divina Misericordia en el convento de Plock, en Polonia, y escribió; al anochecer estando en mi celda, vi al Señor Jesús vestido con una túnica blanca, tenía una mano levantada para bendecir, y con la otra tocabas la túnica sobre el pecho, la apertura de la túnica en el pecho salían dos grandes rayos, uno rojo y otro pálido.
Después de un momento Jesús me dijo: «pinte una imagen según el modelo que ves y firma, Jesús en ti confío, Deseo que esta imagen sea venerada primero en su capilla y luego en el mundo entero». Además le explicó el profundo significado de la misericordia y lo que los fieles devotos pueden alcanzar a través de ella, por eso, Faustina le pidió al artista Eugenio Kasimirovsky que lo llevara a cabo. Este lo hizo siguiendo las indicaciones de Faustina y lo terminó en 1934; Faustina lloró al ver que la imagen acabada no reflejaba la belleza de Jesús, pero el Señor la animó.
Luego las hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia en 1942 le pidieron al pintor Stanislav Vatosky que la pintara, pero durante la Segunda Guerra Mundial la capilla y la imagen fueron consumidas por el fuego, por eso se le encomendó al artista pintar otra para la capilla de la Divina Misericordia en Cracovia.
Por ese entonces el pintor Adolfo Hila también pintó un cuadro como cumplimiento de una promesa por haberse salvado en la guerra. Lo terminó en 1943 y fue bendecido en la capilla por el padre András, confesor de Faustina.
Jesús le señaló a Sor Faustina » prometo que el alma que venera esta imagen no perecerá, tambien prometo ya que en la tierra la victoria sobre el enemigo y sobretodo a la hora de la muerte yo mismo lo defenderé con mi gloria «.
Otro día estando Santa Faustina en oración, Cristo le dijo «los dos rayos significan la sangre y el agua, los rayos pálidos simboliza el agua que justifica a las almas, el rayo rojo simboliza la sangre que es la vida de las almas». Estos rayos protegen a las almas de la indignación de mi padre, Bienaventurado quien viva la sombra de ellos, porque no le alcanzará la justa mano de Dios.
Jesús también le dijo que la hora de la misericordia era las tres de la tarde y le agregó, «En esa hora nada le será negado al alma que lo pida por los méritos de mi pasión, en esa hora puedes obtener todo lo que pidas para ti y para los demás, en esa hora se estableció la gracia para el mundo entero. La misericordia triunfó sobre la justicia».
Amigos, recemos la coronilla y digamos a diario, «O sangre y agua que brotaste del corazón de Jesús como fuente de misericordia para nosotros, yo confío en ti». Confiamos en Jesús de la divina misericordia, porque Él es Dios y con Dios siempre ganamos.
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