Jakubowicz: Hacer «Resistance» sobre Marceau fue difícil pero terapeútico
EFE
En «Resistance», Jonathan Jakubowicz narra el heroísmo del legendario mimo francés Marcel Marceau, quien durante la Segunda Guerra Mundial salvó a centenares de huérfanos judíos. Todo un filme que el director venezolano reconoce que fue difícil hacer, pero también «terapéutico».
El genocidio de millones de judíos durante la Segunda Guerra Mundial es un drama particularmente cercano para Jakubowicz, director de películas como «Secuestro Express» (2005) o «Hands of Stone» (2016) y autor de la novela «Las aventuras de Juan Planchard» (2016).
Su familia es judía de origen polaco y, durante el último conflicto mundial, 400 familiares perdieron la vida en el Holocausto.
Así que cuando descubrió que Marceau era de origen judío y la historia de cómo salvó a centenares de niños cuyos padres habían sido asesinados por los nazis, decidió llevar su heroísmo a la pantalla grande con Jesse Eisenberg dando vida al mimo.
«No tenía ni idea que Marceau era judío. Comencé a investigar y pude lograr localizar a su primo Georges Loinger, que está en la película. Tenía en esos momentos 106 años y vivía en París. Me reuní con él. Era el único sobreviviente de todo este grupo al que perteneció Marceau», explicó Jakubowicz a Efe.
«Estaba superlúcido. Muchas de las historias que están en la película vinieron directamente de él. La verdad es que después de esa reunión, me sentí que no podía dedicarme absolutamente a nada más que contar esta historia», añadió.
UNA HISTORIA ÚNICA
«Es una historia única de tantas buenas historias que se han contado de la Segunda Guerra Mundial. Es muy especial porque es muy raro que un mimo sea un héroe de guerra. Pero a la vez es la transformación de ese personaje, un egocéntrico que sólo piensa en su arte a un héroe que en realidad renuncia hasta a su propia seguridad personal por salvar la vida de niños inocentes», explicó el director venezolano.
«Y pensé que ese tipo de héroes son los que más escasean hoy en día en una sociedad que siempre nos invita a ser egoístas y velar por nuestros propios intereses», continuó.
El director reconoció que dada su conexión familiar con el Holocausto «fue sumamente difícil, pero a la vez fue terapéutico», hacer la película.
«Es un periodo tan doloroso para mi familia,pero a la vez la película es muy luminosa y no se trata del exterminio sino más bien de la salvación», añadió.
Jakubowicz, que reside en Los Ángeles (EE.UU.) desde 2016, también vincula a Marceau y la Segunda Guerra Mundial con la crisis mundial que está causando la pandemia COVID-19.
UNA DOLORSA RELACIÓN
«Tengo tres años envuelto en este mundo de la Segunda Guerra Mundial y siguiendo a personajes que son civiles enfrentando opresores y salvando vidas. Todo lo que veo alrededor en esto momento me conecta mucho con la esencia de la película porque son los médicos, los civiles, los únicos que tienen la esperanza de salvarnos», dijo.
«Aquí de nada sirve el poderío militar. Vemos a un mundo arrodillado, rezando porque nos ayuden los médicos y la verdad es que es algo impresionante lo que nos ha pasado y creo que más allá de la tragedia es un momento para tomar conciencia de lo que somos y de lo que debemos ser», continuó.
Un mensaje que él mismo ha tenido que aprender de su película, que se estrenó este martes en iTunes en Canadá y otros países.
«La primera vez que hablé con Jesse, le invité a que se imaginara qué pensaría él si fuese un artista joven que está empezando su carrera y comienza una guerra. Concluimos que lo primero que uno pensaría es por qué me pasa esto a mí», señaló el realizador.
«Pensamos que parte de lo bonito de esta historia es como todos esos obstáculos son los que terminan creando al artista en el que se va a convertir Marcel Marceau. A veces uno piensa que los obstáculos son los que te impiden llegar a tu destino. Pero, en realidad, tienden a ser los que te llevan a tu destino», continuó.
«Hace dos semanas, cuando empezaron a cerrar las salas de cine justo cuando mi película se iba a lanzar en Estados Unidos, fue inevitable para mi pensar por un momento por qué me está pasando esto a mí. Y de repente me vi en el espejo de Marceau y sentí que si yo pensaba que esto se trataba de mí no había aprendido nada de mi propia película», sentenció.
VENEZUELA Y SU «RESISTENCIA»
Jakubowicz también relaciona el título de la película, «Resistencia», con Venezuela.
«No hay una palabra que nos identifique a todos los venezolanos de hoy en día como resistencia. Creo que se extrapola a muchas culturas en estos momentos. Vivimos en tiempos de mucha polarización y de mucho abuso político y sentí que la película tenía derecho a llamarse ‘Resistencia’ a pesar de ser una palabra tan importante», dijo.
El director reflexionó sobre el papel de la historia y de los artistas en juzgar a los líderes políticos.
«Pensaba que (Hugo) Chávez iba a ser juzgado de forma positiva. Pero el desastre en el que se convirtió Venezuela es tan evidente y es tan indiscutible que creo que se le juzgará como lo que fue: un corrupto, un ladrón, un mentiroso, una persona que utilizó las ilusiones de su pueblo para enriquecerse, enriquecer a una élite económica de manera completamente descomunal», dijo.
«Y de Maduro ni hablar. Creo que nadie vio nunca ningún aspecto positivo en Maduro y la realidad lo único que ha hecho es empeorar la imagen que se tiene de ellos», concluyó.