Intoxicación por monóxido de carbono, ¿qué le pasa a nuestro cuerpo?
Agencias
El monóxido de carbono es un gas incoloro e inholoro. Se encuentra tanto en el aire libre como en los espacios cerrados, es decir, en las casas, edificios, etc.
Este gas si se espira, aunque las cantidades no sean muy elevadas, puede causar la muerte por envenenamiento en poco minutos. Esto se debe a que sustituye al oxígeno en la hemoglobina, que es la proteína que tienen los glóbulos rojos encargada de transportar el oxígeno a las células.
Por lo tanto, cuando se respira normalmente, entra y se distribuye rápidamente a todas las partes del cuerpo como a la sangre, el cerebro, el corazón y los músculos. Después, cuando se exhala, sale del cuerpo a través de los pulmones, aunque no inmediatamente, ya que se necesita un día entero para que el monóxido de carbono abandone el cuerpo.
Curiosidades del monóxido de carbono
La intoxicación por monóxido de carbono es una de las principales causas de muerte por envenenamiento a nivel mundial. Es un gas que, como ya sabemos, es tóxico, menos denso que el aire y que se dispersa fácilmente.
Una de las razones por las que presenta este elevada toxicidad es que, como hemos mencionado al principio del artículo, es un gas inholoro, incoloro y que no irrita las mucosas, por lo que pasa muy desapercibido.
El monóxido de carbono se genera cuando no se produce la combustióncompleta del carbono. Se puede producir tanto por actividades humanas, por ejemplo por los tubos de escape de los coches como por fuentes naturales. Los incendios, los volcanes y la combustión de madera también son una fuente importante de liberación de monóxido de carbono.
Cuando se produce una intoxicación por este gas, el corazón, el cerebro y los pulmones son los órganos más afectados.
El monóxido de carbono produce hipoxia celular al unirse a la hemoglobina, transformándola en carboxihemoblobina. De esta manera, se impide que el oxígeno se una a la hemoglobina bloqueando así su transporte a los tejidos y a las células del cuerpo.
Por lo tanto, interrumpe la respiración celular y causa la producción de especies reactivas de oxígeno que llevan a necrosis neuronal y apoptosis de otras células de cuerpo. La apoptosis es una vía de muerte celular programada por la propia célula.
Síntomas de una intoxicación por monóxido de carbono
Respirar niveles altos de monóxido de carbono puede ser fatal para la salud. En cambio, una exposición continua de niveles bajos de este gas no causa efectos nocivos instantáneos, pero si daños permanentes en los órganos mencionados anteriormente.
Las primeras manifestaciones visibles en caso de intoxicación por monóxido de carbono consisten en síntomas neurológicos. De hecho, la mayoría de los síntomas causados por una situación de hipoxia tienen como diana el sistema nervioso central. Entre ellas encontramos:
- Cefalea acompañada de un latido perceptible de la arteria temporal.
- Disminución de la agilidad mental.
- Somnolencia.
- Mareos.
- Edema cerebral.
Si la intoxicación se prolonga en el tiempo es cuando pueden aparecer los síntomas cardíacos como arritmias, dilatación ventricular, insuficiencia cardíaca, disnea, astenia o fatiga, entre otros síntomas.
Esto se explica porque este gas tiene mayor afinidad por la mioglobina cardíaca que por la hemoglobina por lo que pueden aparecer los efectos cardíacos a pesar de haber estado expuesto a bajos niveles de monóxido de carbono. Esta condición empeora la hipoxia celular que produce el monóxido de carbono al causar mayor depresión miocárdica e hipotensión.
Las mujeres embarazadas, los niños pequeños, las personas mayores y las que sufren anemia, problemas de corazón o problemas respiratorios son mucho más sensibles a la intoxicación por monóxido de carbono.
Las exposiciones crónicas con una duración de semanas o incluso años, se manifiestan de manera similar a la intoxicación aguda pero puede incluir también fatiga crónica, déficit de memoria, vértigo y neuropatías entre otras. En intoxicaciones severas, se puede producir la muerte normalmente debido a un paro cardiorrespiratorio.
Una vez que el paciente se ha intoxicado, la única forma de contrarrestar la intoxicación por monóxido de carbono es la de respirar oxígeno, lo que llamamos oxigenoterapia.
El tratamiento consiste en alejar a la persona de la fuente de exposición y llevar a cabo una serie de medidas que aseguren su respiración. El oxígeno, que es el antídoto, funciona como antagonista específico del monóxido de carbono en la hemoglobina asegurando así la respiración.
El monóxido de carbono tiene una vida media de 320 minutos. Este parámetro se puede llegar a reducir a 80 minutos e incluso con oxígeno hiperbárico puede disminuir a 20 minutos. El oxígeno hiperbárico es aquel que se administra a una presión más alta que la e la atmósfera al nivel del mar.