Intolerancias alimentarias: cómo identificarlas y evitar sus efectos
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Las intolerancias alimentarias son un tipo de reacción adversa a un alimento, o bien a un componente presente en ciertos alimentos. Es importante saber diferenciarlas de las alergias alimentarias, así como de otro tipo de reacciones, como pueden ser una intoxicación o una aversión psicológica a un alimento.
¿Quieres saber cuáles son las principales intolerancias alimentarias y como identificarlas? En este artículo encontrarás los principales síntomas así como consejos para hacer más llevadera una intolerancia alimentaria.
¿Qué diferencia hay entre alergia e intolerancia
Reacción del sistema inmunológico
La alergia alimentaria es una forma específica de intolerancia a un alimento o uno de sus componentes, que activa el sistema inmunológico. Un alérgeno (proteína del alimento causante, que en la mayoría de la gente no produce reacciones adversas) provoca una serie de reacciones en cadena en el sistema inmunológico, entre ellas la producción de anticuerpos.
La intolerancia alimentaria afecta al metabolismo y a pesar de que puede tener síntomas similares a los de una alergia el sistema inmunológico no interviene en las reacciones. La intolerancia alimentaria se da cuando el cuerpo no puede digerir correctamente un alimento o uno de sus componentes.
Intensidad de los síntomas
Los síntomas más comunes en las alergias son: urticaria, erupciones, hinchazón de labios o párpados, enrojecimiento ocular, tos, diarreas, vómitos, congestión nasal, dificultad para respirar, hipotensión o mareos. Las alergias pueden incluso llegar a ser mortales.
Las intolerancias presentan síntomas parecidos pero más leves, sin dejar de ser bastante molestos como dolor abdominal, gases, diarreas, distensión abdominal, etc.
Además, los síntomas de las alergias aparecen generalmente entre 30 y 60 minutos después de la ingestión, en cambio los síntomas de intolerancia pueden tardar más en aparecer, incluso después de 72 horas.
¿Cuáles son las intolerancias más comunes?
Intolerancia a la lactosa
Esta intolerancia se debe a la incapacidad del sistema digestivo para digerir la lactosa, que es el azúcar de la leche.
Es causada por el déficit en la producción por parte del cuerpo de una enzima llamada lactasa, que es la encargada de digerir y en consecuencia absorber dicho azúcar de la leche. Cuando la actividad de la enzima es demasiado baja, la lactosa no se puede digerir, y pasa al intestino grueso, donde es fermentada por las bacterias de la flora intestinal.
Puede provocar síntomas como flatulencia, dolor y diarrea.
Esta intolerancia puede ser permanente o transitoria.
Se puede mejorar la tolerancia en personas sensibles si se consumen alimentos que contienen lactosa como parte de diferentes comidas, y se reduce la cantidad de alimentos ricos en lactosa que se ingieren de una sola vez.
Intolerancia al gluten
La intolerancia al gluten es un trastorno intestinal de base auto-inmune que se da cuando el cuerpo no puede tolerar el gluten (una proteína que se encuentra en el trigo, el centeno, la cebada y probablemente las avenas).
Cuando se consumen alimentos que contienen gluten, la mucosa del intestino delgado queda dañada, y tiene menos capacidad para absorber nutrientes esenciales como las grasas, las proteínas, los carbohidratos, los minerales y las vitaminas.
Entre sus síntomas destacan la diarrea, la pérdida de peso, de apetito, náuseas, vómitos, la pérdida de masa muscular, fatiga, la irritabilidad y el dolor abdominal. En los niños, se pueden dar síntomas de desnutrición, e incluso problemas de crecimiento.
Es una intolerancia permanente que se puede diagnosticar a cualquier edad y se mantiene durante toda la vida.
Actualmente, la única forma de ayudar a los pacientes celíacos es proporcionarles una dieta sin gluten. Cuando se elimina el gluten de la dieta, el intestino se regenera gradualmente, y desaparecen los síntomas.
Otras intolerancias
Intolerancia a la sacarosa: Consiste en la intolerancia al azúcar común y se debe a la falta de una enzima denominada sacarasa, que dificulta la correcta digestión de la sacarosa, y causa síntomas como diarreas, flatulencias, y dolores abdominales.
Intolerancia a la fructosa: La fructosa, también conocida como levulosa, es el azúcar presente en las frutas, ciertos vegetales y la miel. Las dificultades a la hora de digerir este azúcar provocan síntomas como diarreas, flatulencias, y dolores abdominales.
Intolerancia a la histamina: La histamina es una substancia que fabrica nuestro propio cuerpo, aunque también está presente en muchos otros alimentos (quesos, verduras, vino, chocolate, etc.). La enzima DAO se ocupa de degradar la histamina cuando ésta se acumula en el cuerpo. Cuando se produce intolerancia, el cuerpo no es capaz de absorberla y se acumula. En altas concentraciones, la histamina es tóxica. Puede desencadenar crisis asmáticas, problemas gástricos, mal rendimiento físico, dolor de cabeza y crisis migrañosas.
¿Qué hacer ante las intolerancias alimentarias?
Ante de la sospecha de estar sufriendo alguna intolerancia alimentaria, es muy importante acudir a un profesional. También es importante pedir la ayuda de un dietista o nutricionista para asegurarse de que no se excluyen nutrientes de la dieta cuando se cambian o sustituyen alimentos.
Una vez se conoce el alimento o componente que causa la intolerancia, la mejor forma de protegerse es leer la información sobre los ingredientes de las etiquetas. También es importante preguntar sobre los ingredientes y métodos culinarios empleados cuando se come fuera de casa, para evitar así los alimentos que causan problemas.