Íker Casillas despide un año difícil. 2019 - 800Noticias
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Agencias

Iker Casillas va a cerrar su año más difícil con la esperanza de seguir alejando la sombra de la retirada, pese al infarto que sufrió el pasado 1 de mayo en pleno entrenamiento en la ciudad deportiva del Oporto. A su delicada situación se sumó el cáncer de ovarios que le detectaron a su esposa, Sara Carbonero, solo unos días después, lo que ha complicado en gran medida su vida cotidiana desde entonces.

Con el paso de los meses, su hogar se va normalizando, mucho más desde que la periodista deportiva finalizó su tratamiento de quimioterapia en Madrid. El portero, mientras tanto, está cada vez más activo en las redes sociales y se inscribió en la lista de jugadores del Oporto para la Liga portuguesa, porque no tiene pensado todavía colgar oficialmente las botas.

El caso es que volvió hace unas semanas a ejercitarse en un gimnasio y no descarta emular a su amigo Gianluigi Buffon, quien regresó a la Juventus con 41 años y todavía disfruta de la alta competición.

Empeño por regresar

Los médicos no se lo aconsejaron a Íker, pero él mantiene su tenacidad por volver a pisar un terreno de juego, aunque sea temporalmente y tratando de evitar el estrés. Con todo, el 1 de mayo de 2019 permanecerá en su mente para siempre, a solo 20 días de cumplir los 38 años. El portero madrileño fue trasladado de urgencia al hospital privado CUF Porto de la ciudad lusa, donde los médicos le detectaron graves problemas de corazón.

Con contrato en vigor

La cascada de reacciones y solidaridad no tardó en manifestarse a través de las redes sociales, pues el mundo del deporte se apresuró a mostrar su apoyo y su cariño hacia el jugador de Móstoles. Incluso Cristiano Ronaldo dijo desde Italia: «Mucha fuerza, amigo», recordando que había coincidido varios años con Casillasen el Real Madrid. La consecuencia más flagrante para el exguardameta de la selección española es que no le quedó más remedio que decir adiós a la temporada de forma brusca e inesperada, algo que aconteció cuando ya estaban completamente cerrados los flecos del acuerdo para prolongar su contrato en Oporto, donde vive muy feliz junto a Sara y sus dos hijos, Martín y Lucas. Firmó hasta junio de 2020, con opción a una posible temporada más en caso de que ambas partes así lo certificaran, una cláusula que cobra otra dimensión al hilo de las nuevas circunstancias.

Liderazgo añorado

Al arrancar la campaña 2019-2020, el club en el que recaló tras toda una vida en el Real Madrid contrató al argentino Agustín Marchesín procedente del América de México para sustituir a Íker. Sin embargo, la afición no le olvida y es consciente de que, si el equipo blanquiazul está hoy cuatro puntos por debajo del Benfica en la Liga portuguesa, tiene que ver en parte con que falta el liderazgo del portero de Móstoles. Inicialmente, se preveía que iba a desarrollar labores de mediación entre el vestuario y la directiva, pero en la práctica no consta ninguna intervención en este sentido. En cambio, su opinión resultó determinante para que el Real Madrid fichase al central brasileño Éder Militao, quien había brillado en el Estadio do Dragao. Ahora parece ser que Casillas aconseja al club de su corazón que se lance a por el jovencísimo Romário Baró, una de las sensaciones de la Liga portuguesa este año.

Mientras tanto, él y Sara Carbonerose han ganado la simpatía de los portuenses, encantados con la promoción de la ciudad que ambos realizan siempre que tienen ocasión. Su popularidad es muy elevada y no resulta extraño verlos en las grandes citas culturales que inundan Oporto y sus alrededores. Por ejemplo, se desplazaron el pasado 7 de diciembre a la vecina ciudad de Braga para asistir al concierto del rockero canadiense Bryan Adams. Y también aparecieron por sorpresa en la castiza Casa da Mariquinhas, uno de los mejores rincones a orillas del Duero para degustar el sentimiento del fado.

ABC.es

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