Identifican un paralelismo en células que ayudan a conocer mieloma múltiple
EFE
Investigadores del Cima Universidad de Navarra han identificado un paralelismo entre células que ayudan a conocer la evolución del mieloma múltiple, un cáncer hematológico que afecta a la médula ósea y es resistente a los tratamientos, lo que provoca recaídas y de ahí la importancia de conocer los mecanismos implicados en esta enfermedad.
El trabajo, publicado en la revista científica Blood, forma parte de la tesis doctoral de Cristina Pérez (Barañain, Navarra 1994), que realiza su formación científica gracias a la financiación de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) en Navarra.
“Dentro del organismo existen un tipo de células, llamadas células mieloides supresoras, que hacen que la actividad defensora natural de los linfocitos T sea menor», dice Pérez, y añade que «en casos de mieloma múltiple, la cantidad y actividad de estas células mieloides supresoras aumentan, de manera que favorecen la supresión de las defensas del organismo (inmunosupresión) y, por tanto, la progresión del tumor.
Y destaca que a pesar de conocer relativamente el efecto de estas células en estos cánceres, por el momento no hay una forma de medir su actividad que ayude al pronóstico de los pacientes, ni al desarrollo de nuevos tratamientos de inmunoterapia.
Ahora los investigadores han descubierto que existe un «paralelismo» entre estas células supresoras y otro tipo de células inmunitarias llamadas neutrófilos, ya que se ha observado que unos niveles altos de neutrófilos maduros están relacionados con una peor evolución de los pacientes con mieloma múltiple y que, a nivel molecular, los neutrófilos maduros presentan similitudes con las células mieloides supresoras.
Estas observaciones han permitido a los investigadores plantear, por primera vez, el uso de neutrófilos maduros como indicadores, una herramienta para medir la actividad de las células mieloides supresoras, lo que «permite conocer mejor el pronóstico de los pacientes con mieloma múltiple y abre la puerta al diseño de posibles nuevas inmunoterapias», indica Cristina Pérez.