Graduaciones, por María García de Fleury - 800Noticias
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Religión

Por María García de Fleury

Estamos en tiempo de graduaciones, de finalización de etapas escolares, universitarias, academicas para entrar en otras nuevas, es momento de cerrar ciclos, de terminar capitulos no importa el nombre que le demos, lo que importa es dejar en el pasado momentos de la vida que ya se han acabado, recordar que el estar ausente no anula el recuerdo y que no estar juntos no significa olvidar lo vivido y lo compartido.

Es tiempo para mirar quienes resultan esenciales en las escuelas, los liceos, las universidades. Resultan esenciales las personas que dirigen la institución educativa, los maestros, tus maestros, los trabajadores que hacen de la institución escolar o universitaria un lugar limpio, bonito, seguro; los papás, mamás y personas encargadas de mantenerlos en el colegio; todos los que se gradúan están allí porque esas personas con gran y profundo empeño brindaron un servicio esencial para sus vidas, a ellos se les debe un gran agradecimiento.

Concluir el tiempo de la escuela, de la universidad, de ese lugar que ha sido testigo y testimonio de años de convivencia, en los que se ha aprendido mucho más de los que se puede encontrar en un libro de texto, donde se ha aprendido acerca del pasado, del presente, del futuro, y también a crecer en la fe, esperanza y a crecer en el amor, donde se ha aprendido que caerse no es perder sino levantarnos para seguir adelante, donde se ha aprendido a mirarse como seres únicos que valoran las diferencias de los demás y en el que descubrieron que nunca estamos solos porque siempre hay corazones generosos dispuestos a darnos la mano y ayudarnos a descubrir nuestras fortalezas.

En este ciclo que se cierra también aprendieron a nunca rendirse y siempre caminar con la cabeza en alto, con pasos firmes y con una sonrisa amplia.

Este es un momento para entusiasmarse por la nueva etapa que tienen en frente, nuevos sueños, nuevas metas y retos, nuevas personas y nuevos lugares, la aventura continúa, en la escalera de la vida hay muchos peldaños por subir, el futuro de cada uno de los graduandos no está en manos del destino, es cada quien el que va labrándoselo y escribiéndolo.

Alimenta tu alma todos los días, no confundas el éxito con la excelencia, no te quedes atascado en un solo lugar, date cuenta de tu insignificancia atómica viendo la majestuosidad de las montañas, los caminos inescrutables de la naturaleza descubriendo tus potencialidades. ¡Felicitaciones a todos los graduandos por este nuevo logro!, un logro que enseña que con esfuerzo y dedicación puedes lograr muchas cosas.

Ten presente que el futuro cercano y lejano será complicado, pero alégrate en las complicaciones, no será nada parecido a lo que crees que va a hacer pero las sorpresas son buenas; cuando dudes, cuando estés deprimido, angustiado, sin saber que hacer, recuerda lo que dice el salmo 46: «Dios es nuestro refugio y fortaleza, socorro siempre a mano en momentos de angustia».

Amigos, en el presente y en todo momento de la vida, estés donde estés sonríe, ten la seguridad de que vivir la vida de la mano de Dios es lo más acertado que puedes hacer porque con Dios ¡siempre ganamos!