Futuro incierto, por María García de Fleury
Por María García de Fleury
Estamos frente a otra elección en los Estados Unidos, elecciones que sin duda afectan el mundo entero, una incertidumbre que se convierte en angustia, pues estamos frente a quienes quieren negar el derecho a la vida impulsando los abortos, la eutanasia, la pederastia, quiénes buscan eliminar las cruces y símbolos cristianos de lugares públicos y animan a la cultura de la muerte.
No solo es el panorama de EE.UU., es el panorama mundial, estamos en tiempos donde el catolicismo es perseguido abiertamente.
Si bien el siglo XX fue el siglo de mayor martirio a nivel histórico mundial, este siglo XXI está viendo grandes persecuciones. ¿Qué podemos hacer los católicos normales y corrientes ante esto?, no basta con llamar al hombre y a la mujer al diálogo con Dios, es necesario la oración, esto algo muy importante, pero al mismo tiempo estamos llamados a integrar la fe con la vida.
Por eso, ante la confusión, estamos llamados a responder humildemente con la certeza de nuestra fe, ante la división estamos llamados a ser radicalmente caritativos, ante la injusticia estamos llamados a ser valientes promotores de la esperanza.
Para solucionar los problemas se necesita confiar en Dios, ver en las otras personas a Cristo, vivir los principios y valores permanentes del ser humano.
Recordemos que una persona si hace la diferencia, así como la sinfonía necesita de cada nota, el libro necesita cada palabra, la casa necesita cada ladrillo, el mar necesita cada gota de agua, el mundo y Cristo necesitan de ti.
Eres único, irrepetible, irremplazable y lo que tú estás llamado a hacer, nadie lo puede hacer igual a ti. Tenemos dos opciones: mirar cómo pasan las cosas como simples espectadores o hacer que las cosas pasen estudiando de modo proactivo.
Nuestro mejor servicio, siempre será la formación de la conciencia que permita desenmascarar las intrigas del mal, pues la violencia nace en el corazón de la persona.
Las ideas mueven el mundo, vivir como cristianos de verdad es ser constructores de paz y para eso además de formar conciencia estamos llamados a ser promotores del desarrollo humano integral, solidario y fraterno.
Para construir un futuro es necesario enfocarnos en los seres humanos y esto implica aprender a vivir las enseñanzas que dijo Jesucristo y a poner en práctica los valores permanentes de la doctrina social de la Iglesia que son verdad, libertad, justicia y amor.
Sin importar lo que otros piensen y diga lo que de verdad debe interesarnos a ti y a mi es lo que Dios nos pide, porque él te creó, él es el Rey del universo y con Dios ¡siempre ganamos!
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