San Francisco de Asís abandonó una vida de lujo por una vida dedicada al cristianismo después de escuchar la voz de Dios que lo ordenó reconstruir su iglesia y vivir en la pobreza.
San Francisco es el santo patrono de los ecologistas, un título que honra su amor ilimitado por los animales y por la naturaleza.
El abrazo de Francisco de la pobreza como la de Cristo fue una noción radical en ese momento. La iglesia católica era muy rica al igual que la gente que la dirigía y esto le preocupaba mucho a Francisco y a muchas otras personas que sentían que los ideales apostólicos que habían comenzado con Jesucristo habían cambiado mucho.
Francisco se propuso la misión de restaurar los valores originales de Jesucristo en la iglesia que ahora estaba decadente. Con su increíble carisma atrajo a miles de seguidores, escucharon los sermones de Francisco y se unieron a su forma de vida. Sus seguidores se hicieron conocidos como los frailes franciscanos. Continuamente se esforzaban en la búsqueda de la perfección espiritual y Francisco predicó en hasta 5 pueblos por día enseñando un nuevo tipo de religión emocional y personal que la gente común podía entender, incluso llegó a predicar de los animales, lo que generó críticas de algunos y le valió el sobrenombre de el tonto de Dios, pero el mensaje de Francisco se difundió por todas partes y miles de personas quedaron cautivadas por lo que escuchaban.
