+FOTOS | Olimpiadas Masáis buscan abolir la caza de leones a través del deporte
Agencia Efe
La cuarta edición de los Juegos Olímpicos Masái se celebró hoy en Kimana, cerca del Parque Nacional de Amboseli, como una alternativa al tradicional rito de paso que obliga a los hombres masái en edad de ser guerreros a cazar leones.
Los masái «han hecho que los leones tengan que pagar un precio muy alto para demostrar el valor de sus jóvenes», afirmó en un comunicado el director de la ONG Born Free -uno de los patrocinadores internacionales de este evento-, Howard Jones.
«(Ahora) son capaces de mirar al mundo de una manera diferente», remarcó Jones, quién subrayó que de esta forma contribuyen a evitar la extinción de estos felinos.
En la actualidad, se estima que solo quedan en Kenia unos 2.000 leones, con los que conviven con frecuencia tribus nómadas masái que juegan un papel clave en su protección y conservación.
Sin embargo, los masái mantienen también una tradición de más de 500 años de caza de leones cuando sus jóvenes alcanzan la edad de convertirse en guerreros, mentalidad muy arraigada entre los más ancianos, considerados guardianes de la cultura.
Fuerza y resistencia
Desde 2012, y de forma bianual, diferentes tribus masáis compiten durante unos cinco meses de forma local y regional, para finalmente medirse en unas Olimpiadas nacionales en las que demuestran su capacidad física y resistencia mediante pruebas deportivas.
Los hombres compiten en pruebas de resistencia (5 kilómetros), velocidad (800 y 200 metros), salto de altura, jabalina y tiro de rungu (el bastón usado por los guerreros tanto en la guerra como en la caza).
Por su parte, las jóvenes masái participan en las pruebas de 1.500 metros lisos y 100 metros velocidad.
En juego, premios en metálico, medallas y hasta un toro de cría para las comunidades que resulten vencedoras.
Las Olimpiadas Masái son una iniciativa de la fundación Big Life, que junto a ocho ancianos de etnia masái se comprometió hace seis años a trabajar en la erradicación de la caza de leones, con el objetivo de convertir la tradición en tabú cultural. EFE