La emoción y profunda fe de la feligresía caraqueña se hizo sentir este Miércoles Santo en las calles de la capital al paso del Nazareno de San Pablo por las distintas parroquias.
Aunque la pandemia obligó a modificar por segundo año consecutivo la forma en la que se honra la imagen de Jesús con la cruz a cuestas, muchos ciudadanos desafiaron el distanciamiento social, algunos para pagar promesas y otros para implorar por el fin de la crisis generada por el Covid-19 en el país.
A pesar de que la actividad no contempla una procesión, sino mas bien un trayecto de la imagen por la ciudad para que sea apreciada desde los hogares, muchos ciudadanos prefirieron acercarse un poco más al Nazareno situándose en calles y avenidas para tener mejores detalles del recorrido.
Muchos con banderas en mano, vestidos de morado, incluso con niños en brazos pidieron en este Miércoles Santo la intercesión del hijo de Dios en la situación que atraviesa el país, así como peticiones personales, tal y como es costumbre año tras año.
